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"Querer es algo originario, lo más primario e inmediato ¡Quiere una vez y mira cómo lo haces! (...) Querer algo es una experiencia categórica incondicionada. Lo querido aparece como un postulado absoluto de efectividad que exige sólo este ser y ningún otro. En el querer nos manifestamos como produciendo algo nuevo que antes no existía (...) El querer aparece, por tanto, como productor desde una limitación autorealizativa de la capacidad de la voluntad (...) Según esto, la voluntad es algo absoluto; sujeto y objeto son uno y precisamente lo mismo (...) Soy uno, el que quiere y el que piensa queriendo. (Sucede así con el querer lo mismo que con el sentimiento: que también según lo anterior, era absoluto e inmediato) Así algo inmediato es necesario para deducir de él lo mediato. De ahí que el querer sea lo más alto y originario: si no me pienso queriendo, nada es (...) No llego a ser nada, sino que soy absolutamente mediante la voluntad pura. En virtud de ella mi esencia completa -ser- está determinada. Soy un ser que quiere para toda la eternidad. Este querer puro es mi ser, y mi ser es mi querer. Nada puede añadirse a esto. Antes lo llamábamos la realidad originaria (raíz) del Yo; pues sólo un querer, y el querer puro, es capaz de llegar a ser inmediatamente objeto de la conciencia. De ahí que este querer puro tenga que tener realidad originaria (...) La Doctrina de la Ciencia considera el mundo inteligible como condición del mundo de los fenómenos. Este se construye sobre aquél, y el mundo inteligible reposa sobre el Yo, y éste sobre sí mismo. Sólo en el querer del Yo, sujeto y objeto son uno y el mismo a la vez; mediante el querer y el pensar del querer, el Yo produce algo nuevo. El concepto de querer es, por tanto, aquél sobre el que se fundamenta todo lo espiritual, todo lo que consiste en un mero pensar, y por eso el Yo mismo es espíritu puro (...) ¡Quien soy yo? Aquél en el que me convierto; mi determinación depende de mi libre decisión, y ésta surge de la tarea de limitarme a mí mismo. ¿Quién debo ser yo? Esto reside en mi individualidad. La voluntad pura no está limitada mediante un ser, sino que en ella reside originariamente la ley de cómo debe limitarse a lo largo del tiempo. Es la ley moral."
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