|
Desde hace tres décadas asistimos a un intenso debate sobre la reforma el Estado
y la profundización en la democracia. La ruptura del consenso en torno al modelo
clásico de Estado de Bienestar, los límites de la democracia representativa y las
transformaciones del Estado-nación en un contexto crecientemente globalizado,
han traído a un primer plano cuestiones vinculadas a la capacidad de los gobiernos
para rendir cuentas y ser receptivos a las demandas ciudadanas, la mejora de la
eficiencia en la provisión de los servicios públicos y la necesidad de participación
de unos ciudadanos cada vez más desafectos políticamente. En todos estos temas
juega un papel destacado la participación ciudadana, que ha llegado a convertirse
en referencia obligada de las propuestas para ampliar la democracia, mejorar la
gestión pública o dotar de legitimidad a los mecanismos de la democracia representativa.
La participación ciudadana se ha convertido, así, en un elemento central del
debate y la práctica política, hasta el punto de que en las últimas décadas la mayor
parte de gobiernos democráticos han comenzado a poner en marcha experiencias
que permiten una mayor intervención de los ciudadanos en diversos ámbitos de
las políticas públicas, especialmente en la administración local. Estas experiencias
presentan, sin embargo, algunas limitaciones para contribuir a la democratización
de la gestión pública. Tales limitaciones están vinculadas a una serie de tendencias
en su diseño, como son la primacía de la iniciativa gubernamental en su creación,
el establecimiento de sesgos en la selección de los actores llamados a participar,
la gran capacidad de control reservada a las administraciones públicas, el carácter
consultivo de la mayoría de estos mecanismos y el privilegio de los aspectos técnicos
sobre las cuestiones políticas.
La investigación que aquí se presenta trata de aproximarse a estas cuestiones a
partir del análisis de un caso concreto: las Mesas de Solidaridad del Ayuntamiento
de Valencia, que fueron concebidas como un instrumento para canalizar de
participación de los ciudadanos en el ámbito del bienestar social. Esta investigación
tiene una doble naturaleza. De un lado, es el resultado de un proyecto de
investigación que, con el título La participación ciudadana en el bienestar social,
obtuvo la Beca de Investigación en la III Convocatoria de los Premios "Valencia se
Solidariza", del Ayuntamiento de Valencia. De otro, fue presentada como trabajo
de investigación del programa de doctorado del Departament de Sociologia i
Antropologia Social.
|