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El Centro Provincial de Drogodependencias y Adicciones de Málaga, tradicionalmente le ha encomendado a enfermería la recepción, análisis y gestión de la demanda que acude al Centro.En el último año estamos observando un aumento importante en la demanda por problemas derivados del consumo de cocaína, tanto en su forma de clorhidrato (esnifada) como en la forma de base libre (fumada).Hemos comparado los rasgos de personalidad, extraídos del cuestionario autoaplicado para "La Entrevista Clínica Estructurada para los Trastornos de Personalidad del Eje II del DSM-IV" (SCID II), de las personas que pedían ayuda por problemas derivados del consumo de sustancias, con los rasgos de personalidad de un grupo "control", formado por enfermeras y enfermeros. Los resultados indican que los rasgos Límite y Obsesivo-compulsivo de personalidad se repiten entre las demandas por consumo de cocaína, el límite y antisocial en los consumidores de opiáceos y el obsesivo-compulsivo en el grupo control.No pensamos que estos planteamientos estén definiendo una nueva situación en el contexto de las drogodependencias, ni una correlación entre consumo de cocaína y trastorno de personalidad. Creemos que solo señala la necesidad de reflexionar sobre algunas cuestiones: ¿Estamos asistiendo a una expansión del consumo de cocaína, lejos de una cima de estabilización? ¿Será el consumo de cocaína determinante de unas manifestaciones que cuadran con trastornos de la personalidad Límite y Obsesivo-compulsivo o por el contrario son rasgos de personalidad que predisponen a la elección de una droga u otra? ¿Es la dificultad en el control de impulsos, el punto de encuentro entre los rasgos de personalidad, el consumo de cocaína y nuestra observación clínica? Los profesionales de enfermería deberíamos de reflexionar si nuestros hábitos en cuanto a la relación con las drogas se refieren, pudieran ser obstáculos importantes, para acercarnos a cuidar a personas con problemas derivados del uso de sustancias.
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