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Cada vez es más frecuente encontrar a nivel asistencial las repercusiones del consumo abusivo de cocaína y etanol.La interacción metabólica del etanol y la cocaína da lugar a un nuevo metabolito denominado cocaetileno, el cual juega un papel importante en el aumento del placer y la toxicidad derivada del consumo de ambas drogas. Este produce un aumento considerable de la euforia y duración de la misma, así como una disminución de la disforia por abstinencia a la cocaína, unido a consumos más compulsivos.Todo esto influye en una mayor pérdida del control del consumo, más problemas sociales y conductas violentas y de riesgo.Gran parte de las diferencias observadas en la acción de ambas sustancias en su administración conjunta, pueden ser explicadas por las modificaciones en la farmacocinética de dichas drogas y por la potencial acción tóxica del cocaetileno, la cual se suma a las respectivas acciones del etanol y la cocaína, pasando a ser la base de los cuadros clínicos de mayor gravedad observados en este tipo de adicción.El objetivo de esta revisión es recoger los efectos psicológicos y somáticos del consumo combinado del etanol y la cocaína, centrándonos en la acción tóxica del cocaetileno sobre el organismo, mediante la revisión de la bibliografía primaria obtenida a través de la base de datos Medline (PubMed 1979-2006), en Índice Médico Español (IME), en datos de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S), Revista del Instituto de Investigación de Drogodependencias, datos del Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), revista de Adicciones, así como de diversas monografías relacionadas.La compresión de los efectos derivados del consumo de etanol y cocaína así como los mecanismos implicados en la toxicidad directa del cocaetileno, pueden ayudar a resolver los problemas tanto físicos como psicológicos ocasionados en este tipo de toxicomanía.
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