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Este ensayo tiene como hipótesis de partida la diversidad de los casos que muestra el teatro de Lope de Vega, que multiplica perspectivas y desenlaces diferentes sobre unos mismos tipos básicos de conflictos o de trazas, y se propone verificarla en el pensamiento contemporáneo. Esa diversidad es puesta en relación con la de un cierto tipo de discurso que había comenzado a desplegarse en el alborear del Renacimiento y que fue gradualmente desplazando la primacía de principios universales (neoplatónicos, o neoaristotélicos y escolásticos) por una invitación al análisis casuístico, por una modalidad de ética aplicada que elegía el análisis concreto de la situación concreta frente a los dogmas universalmente exigibles. Un tipo de discurso que puede ser detectado en los textos doctrinarios de la época. Analizamos este tipo de discurso a través de la sátira que hace Pascal, en sus Provinciales, de los tratados casuísticos de los jesuitas (blanco sobre negro), y de su legitimación y puesta en práctica por Montaigne en sus Ensayos (negro sobre blanco), para concluir estableciendo las convergencias entre el modo de operar de Montaigne y el de Lope, en el marco de un pensamiento que comienza a sentar las bases de una comprensión inmanente, pragmática, relativizada, basada en la experiencia personal, y parcialmente desvinculada de lo sagrado, que anuncia los tiempos modernos.
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