The same diet has not the same effect on the cardiovascular phenotype of different people. The hypothesis lipid-diet heart raised in the fifties suggests that consumption of a Mediterranean dietary pattern confers cardio-protective effects by reducing the prevalence of abdominal obesity and metabolic syndrome in different populations. It is now recognized that the relationship between diet and cardiovascular disease is more complex, which extends to all food components, and depends to a high degree of individual genetic susceptibility. Individuals who adhere to the principles of a traditional Mediterranean diet have a higher quality of life and a longer life expectancy, reduces the chance of dying from cardiovascular disease, cancer, or any other cause. This effect has been related to olive oil, legumes, vegetables, fruit, red wine, as they contain several potent antioxidant components (flavonoids, proanthocyanidins, anthocyanosides, isoflavones) molecules as well as fiber and examine polifenólicas. OBJECTIVE: Variations in the perception of different flavors help establish the association between certain food consumption behaviors and risk of metabolic syndrome. Differences in genetic variation in taste receptors and other relevant genes, may contribute to differences in food intake patterns. Understanding these differences in genetic variation may help explain the differences in the risk of chronic diseases and lead to the development of preventive health. METHODOLOGY: A part of the study is cross-section, integrated in OBENUTIC project. There will be a questionnaire with data on medical history, smoking habits, physical activity and adherence to Mediterranean diet: food frequency questionnaire to assess habitual consumption of food and beverages, 24-hour reminder of a typical day, in order to determine your caloric intake and macronutrient approximate. The information obtained will be processed with the computer platform and questionnaire Obenutic simplified assessment of adherence to Mediterranean diet (14 points). Anthropometry was performed, blood pressure measurement and the measurement of body composition by bioelectrical impedance. We applied a perception test flavors bitter, sweet, umami, sour and salty. A nurse performed 10 hours fasting venipuncture, extracted 10-15 ml of peripheral blood for biochemical analysis. Genomic DNA was extracted from all samples by the phenol method, related genes were genotyped components of metabolic syndrome (obesity, dyslipidaemia, hypertension). A database in SPSS and introduction of all data was developed. To compare findings on perception of flavor and food preferences studied a subgroup of patients at high cardiovascular risk cohort PREDIMED (Mediterranean diet and prevention is an intervention study randomized, multicenter, parallel group) included men aged 55 and 80 and women between 60 and 80 years, without CVD documented with either T2D or who met three or more cardiovascular risk factors. We applied taste tests and questionnaires on food preferences, since age is one of the main factors that influence the perception and food choice. The genes analyzed were FTO, TCF7L2, TAS2R38, PON1 and TAS1E2.Una misma dieta no tiene el mismo efecto sobre el fenotipo cardiovascular de personas distintas. La hipótesis dieta-lípidos-corazón planteada en los años cincuenta sugiere que el consumo de un patrón de dieta mediterránea confiere efectos cardioprotectores al reducir la prevalencia de obesidad abdominal y síndrome metabólico en diferentes poblaciones. Actualmente se admite que la relación entre dieta y enfermedad cardiovascular es más compleja, que se extiende a todos los componentes alimenticios, y que depende en alto grado, de la susceptibilidad genética individual. Los individuos que se adhieren a los principios de una dieta tradicional mediterránea tienen una mayor calidad de vida y una esperanza de vida mayor, reduce la probabilidad de morir de enfermedad cardiovascular, cáncer, o cualquier otra causa. Este efecto se ha relacionado con el aceite de oliva, las legumbres, vegetales, la fruta, el vino tinto, ya que contienen varios componentes con potentes efectos antioxidantes (flavonoides, proantocianidinas, antocianidinas, isoflavonas) así como fibra y moléculas polifenólicas. OBJETIVO Examinar las variaciones en la percepción de los distintos sabores ayudará a establecer la asociación entre ciertos comportamientos de consumo de alimentos y el riesgo de síndrome metabólico. Las diferencias en la variación genética en los receptores del gusto y de los otros genes relevantes, pueden contribuir a las diferencias en los patrones de ingesta alimentaria. La comprensión de estas diferencias en la variación genética podría ayudar a explicar las diferencias en el riesgo de enfermedades crónicas y conducir al desarrollo de las medidas preventivas de salud. METODOLOGÍA Una parte del estudio será de tipo transversal, Integrado al proyecto OBENUTIC. Se aplicará un cuestionario con datos sobre historia médica, hábito tabáquico, actividad física y adherencia a dieta mediterránea: Cuestionario de frecuencia de consumo que evalúa el consumo habitual de alimentos y bebidas alcohólicas, recordatorio de 24 hrs de un día habitual, con el fin de determinar su consumo calórico y de macronutrimentos aproximado. La información obtenida se procesará con la plataforma informático de Obenutic y el cuestionario de evaluación simplificada de adherencia a dieta mediterránea (14 puntos). Se realizó antropometría, medición de la tensión arterial y medición de la composición corporal por impedancia bioeléctrica. Se aplicó una prueba de percepción de sabores amargo, dulce, umami, ácido y salado. Una enfermera diplomada realizó venopunción ayuno de 10 hrs, se extrajeron 10-15 ml de sangre periférica para el análisis de parámetros bioquímicos. Se extrajo ADN genómico de todas las muestras por el método del fenol, se genotiparon genes relacionados a los componentes del síndrome metabólico (obesidad, dislipidemia, hipertensión). Se elaboró la base de datos en el programa SPSS y se introdujeron todos los datos obtenidos. Para comparar los hallazgos sobre percepción de sabores y preferencias alimentarias se estudió una submuestra de pacientes de alto riesgo cardiovascular de la cohorte PREDIMED (PREvención con DIeta MEDiterránea y es un estudio de intervención aleatorizado, multicéntrico, de grupos paralelos); incluye hombres de entre 55 y 80 años y mujeres de entre 60 y 80 años, sin ECV documentada, ya sea con DT2 o bien que cumplían con 3 o más factores de riesgo cardiovascular. Se aplicaron las pruebas de sabores, así como los cuestionarios sobre preferencias alimentarias, ya que la edad es uno de los principales factores que influyen en la percepción y elección de los alimentos. Los genes analizados fueron FTO, TCF7L2, TAS2R38, PON1 y TAS1E2.