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Esta tesis tiene por objeto el estudio del legado artístico del director y productor cinematográfico Clarence Brown (1890-1987), quien desarrolló su actividad desde 1915 hasta 1953, primero en Fort Lee, New Jersey, y posteriormente en Hollywood. Su corpus fílmico, por lo tanto, comprende parte del cine “silente” y “sonoro” norteamericano.
Aunque Brown se formó junto a uno de los grandes pictorialistas de la era “silente”, el realizador de origen francés Maurice Tourneur, y la calidad y originalidad de su obra han sido reivindicadas por reputados historiadores como Kevin Brownlow y William K. Everson, en la actualidad continúa siendo un cineasta olvidado, injustamente relegado por la Historia del Cine. Aludido con frecuencia como un “Director desconocido”, a Brown jamás se le ha dedicado un libro, volumen o disertación de carácter individual. En la mayoría de manuales genéricos sobre cine no se le menciona o, si esto sucede, se le describe únicamente bajo los sesgados apelativos de “Director favorito de Greta Garbo” o “Leal a Metro-Goldwyn-Mayer”.
Esta tesis persigue una recuperación de su obra y de su figura como cineasta, con especial atención a los primeros años de su trayectoria, anteriores a Greta Garbo y MGM, no sólo porque son los más desconocidos, sino porque, a su vez, son los que explican toda su cinematografía posterior.
Y dado que Clarence Brown fue un director esencialmente visual, obsesionado con la técnica y los aspectos plásticos y compositivos de la imagen cinematográfica, el estudio analítico en profundidad de su obra fílmica se realiza desde la perspectiva estilística.
La tesis se compone de tres partes o bloques estructurales básicos. Y es en la Tercera Parte donde se estudia la evolución del estilo cinematográfico de Clarence Brown, desde los Inicios (1915-1923), con y sin Tourneur, hasta su Consolidación y definición estilística en Universal Pictures (1923-1925). Para lo cual proponemos el análisis pormenorizado de dos films: The Light in the Dark (1922) y Smouldering Fires (1925), cada uno como ejemplo fílmico representativo de los periodos señalados. Consideramos que los fundamentos de su estilo fílmico global se localizan en estas primeras etapas de su carrera. Por ello, tras el análisis individual de las películas, demostramos una continuidad estilística entre los largometrajes de estos años y sus realizaciones posteriores, “silentes” y “sonoras”.
La Primera Parte consiste en un estudio preliminar sobre la vida y obra del director. Se examina su biofilmografía y se expone el modo en que la crítica y posteriormente la historiografía han juzgado su producción.
Mientras que la Segunda Parte proporciona el contexto histórico de los periodos estilísticos de la Tercera Parte.
En cuanto a la metodología, se ha concedido igual importancia a la documentación histórica que al análisis de los largometrajes, los cuales, en los casos seleccionados, se han analizado de forma exhaustiva a través del microanálisis o desglose minucioso plano a plano.
Se han utilizado numerosas fuentes audiovisuales y documentales por cortesía de especialistas cinematográficos extranjeros y distintos archivos norteamericanos, así como correspondencia y material inédito, entrevistas no publicadas, fotografías tomadas durante los rodajes, periódicos y revistas del periodo –Moving Picture World, Photoplay, Motion Picture Classic, Variety, New York Times, Los Angeles Times, etc.–, textos de carácter historiográfico, etc.
Y la investigación ha contado con el apoyo de acreditados historiadores, restauradores cinematográficos e incluso actores que trabajaron con el director, con quienes hemos mantenido correspondencia y/o se han prestado a ser entrevistados.
Con esta tesis doctoral se demuestra que Clarence Brown fue mucho más que el “Director favorito de Greta Garbo” o que un simple realizador al servicio de Metro-Goldwyn-Mayer y sus estrellas contratadas, ya que su obra es mucho más rica y extensa y merece un lugar destacado en la Historia del Cine por méritos propios. Al mismo tiempo, esperamos haber contribuido para que se retire definitivamente a Clarence Brown esa etiqueta invisible de “Director desconocido” que lleva puesta desde hace décadas.
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