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A lo largo de los últimos años he sido testigo de múltiples intervenciones psico-educativas con familias que tienen
que asumir el reto de educar un niño/a con Trastorno del Espectro Autista. Las primeras señales de alerta siempre
son comunicadas a los profesionales por los padres con mucha angustia y pidiendo consejo, manifestando su falta
de competencia en la educación de sus hijos/as. Efectivamente, primero antes de saber qué es lo que le pasa a su
hijo/a los padres dudan de su competencia como padres, como educadores. Creen que no son capaces de educar a
un hijo, incluso cuando ya son padres experimentados por tener más hijos. En el momento que empiezan a recibir
información sobre la posibilidad de que su hijo presente un trastorno del desarrollo y sobre todo cuando reciben el
diagnóstico, lo que se preguntan es.. “¿bueno y ahora qué?”. El espíritu de esta guía es precisamente orientar a los
padres, acompañarles durante los primeros años, durante las primeras sospechas, durante el proceso de diagnóstico
y después del diagnóstico. Es obvio que en unas páginas no podemos dar toda la información necesaria para poder
cubrir las necesidades de la familia o de alguno de sus miembros a lo largo de todo el ciclo vital de su hijo. Intentaremos
orientar al lector sobre las cuestiones más generales. Esta guía no sustituye en ningún caso la consulta de
un profesional, nace con el objetivo de ayudar a la familia y a los profesionales, resolver algunas dudas que todos
los padres/madres plantean y a su vez aporta información válida que permita a los padres cuestionarse algún falso
concepto que después pueda contrastar con profesionales o con otros padres en reuniones de apoyo mutuo.
Partimos del convencimiento de que conocer y comprender una discapacidad, sea cual sea, nos ayuda a todos a
acercarnos a ella con menos inseguridad y de una forma más real y cercana. Por ello, nuestra finalidad ha sido
abordar de manera práctica los recursos sociales, sanitarios o educativos de la comunidad, disponibles para la etapa
0-6 años y, de este modo, facilitar a las familias los primeros pasos.
Sabemos que para los Trastornos del Espectro Autista no existe cura desde el punto de vista médico o sanitario, no
obstante todos ellos son educables y realizando las adaptaciones oportunas del entorno o consiguiendo los apoyos
necesarios, las personas con Trastornos del Espectro Autista pueden alcanzar altos niveles de autonomía. Por ello,
nuestro enfoque se basa en un modelo psico-socio-educativo, desde el que observamos que existen factores que
van a influir de manera importante en el desarrollo de la persona que los presenta y en su calidad de vida. Éstos son:
• El diagnóstico precoz y la atención temprana que reciba el niño/a.
• Los recursos educativos y comunitarios adecuados a sus necesidades individuales.
• La red de apoyo social de la que disponga.
Dependiendo de estos factores y de la intervención que se lleve a cabo en estos ámbitos, el niño evolucionará mejor
en diferentes áreas, pero sobre todo, la participación de los padres/madres en la intervención, les permitirá ganar
en competencias, desarrollar resiliencia, disminuyendo su estrés y ganando calidad de vida.
Nuestra meta y propósito final, gira en torno a un gran objetivo que engloba y justifica todo el proceso de elaboración,
selección y clasificación de los recursos en este trabajo. Este objetivo sería el de optimizar los recursos
elaborados, favoreciendo su difusión y uso. Los padres y madres deben sentirse acompañados, los padres y
madres no se encuentran solos ante esta situación nueva, que como situación nueva se deben dar un tiempo
de adaptación y formación y que al alcance de todos existen diferentes profesionales que podrán resolver
dudas, plantear alternativas y sobre todo, acompañarles en este camino. El asociacionismo es un gran recurso
y muchas familias no sólo están dispuestas a compartir su experiencia con familias noveles, también les resulta
beneficioso sentirse útiles para los demás.
Espero que al finalizar la lectura de esta guía, compartamos el optimismo que muchos padres y madres nos trasmiten
cuando ven crecer a su hijo o hija con un Trastorno de Espectro Autista, les ven evolucionar y también les
ven apartarse de los estereotipos, de la estigmatización que la etiqueta diagnóstica de “autismo” lleva consigo y
que es consecuencia de una historia de alejamiento, ignorancia, oscurantismo sobre este trastorno. Conforme les
conocemos más, les queremos también más.
Francisco Alcantud Marín
Catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación
Director del Centre Universitari de Diagnòstic i Atenció Primerenca
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