|
Entre los 24.000-4.000 años B.P. (Pleistoceno superior final - Holoceno) se depositó en la entrada de la Cueva de Nerja una potente serie estratigráfica caracterizada por la presencia a lo largo de toda su extensión vertical de importantes manifestaciones de actividad antrópica, que constituyen uno de los registros arqueológicos más amplios de esa cronología en el Mediterráneo occidental. Corresponden a los restos tecnológicos propios de los diferentes complejos culturales que se suceden a lo largo de la secuencia (Paleolítico superior inicial, Solutrense, Magdaleniense, Epipaleolítico, Neolítico y Calcolítico), que aparecen acompañados por numerosos restos vegetales y animales relacionados con las actividades antrópicas. Estos restos paleobiológicos superan cuantitativamente a los tecnológicos, a la vez, que cuantitativamente, comprenden una treintena de taxones vegetales de coníferas y angiospermas, casi un centenar de especies de numerosas clases de invertebrados (Gasteropoda, Scaphopoda, Bovalvia, Cephalopoda, Crustacea, Echinoidea) y un centenar largo de especies de vertebrados entre peces, reptiles, aves y mamíferos. Los restos antracológicos estudaidos hasta el momento superan los 13.000 mientras que de los vertebtados ronda los 30.000 y los de invertebrafos alcanza los 200.000. Finalmente, cabe descatar la presencia de restos de Homo sapiens sapiens en diferentes momentos cronológicos del registro.
|