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La incapacidad de estimar con precisión el potencial reproductivo de cada embrión individualmente deriva en un elevado porcentaje de gestaciones múltiples. Los sistemas de clasificación embrionaria basados en la morfología y en las tasas de división han sido los pilares sobre los que se ha asentado la evaluación embrionaria; desafortunadamente, estos métodos no son lo suficientemente precisos como para garantizar el éxito a las pacientes y a los clínicos a reducir el número de embriones transferidos. Dada la situación de incertidumbre asociada a la inspección morfológica en las primeras etapas de desarrollo, algunos centros de reproducción han optado por el cultivo prolongado para evaluar la competencia embrionaria; sin embargo, el transfer de blastocistos, a pesar de mejorar las tasas de implantación, implica extender la duración del cultivo in vitro lo que eleva las posibilidades de alteración de la expresión génica y de la herencia epigenética
Las limitaciones de los criterios morfológicos de selección embrionaria han conducido al desarrollo de nuevas tecnologías con el propósito de conocer el potencial reproductivo de un embrión en concreto. Por lo tanto, la búsqueda de un test objetivo y fiable que evalúe la viabilidad tanto del ovocito como del embrión y que conduzca a un descenso en las tasas de gestación múltiple mientras se mantienen las tasas globales, se ha convertido en uno de los desafíos más importantes de la medicina reproductiva contemporánea.
La comprensión de la dinámica estructural de la maquinaria molecular y celular de los organismos vivos se ha convertido en uno de los principales objetivos de la investigación biológica en la era post-genómica. El conocimiento detallado de las relaciones espacio-temporales entre células en el contexto de unas funciones fisiológicas concretas puede emplearse en mejorar los resultados de los tratamientos de reproducción asistida; evidentemente, las secuencias de imágenes desempeñan un papel importante en la adquisición de este conocimiento. En las dos últimas décadas se han realizado enormes progresos en el desarrollo de herramientas informáticas asociadas a los microscopios y en la metodología de visualización de alta especificidad. Todos estos avances han conducido a un aumento explosivo en la adquisición de imágenes digitales para los estudios biológicos. Las técnicas de análisis de imagen añaden objetividad a los procesos de selección embrionaria, y en consecuencia, permiten mejorar los resultados de los tratamientos de Reproducción Asistida. La valoración cuantitativa de los aspectos clave de la morfología embrionaria y el almacenamiento de los datos relacionados con estas determinaciones pueden usarse para mejorar nuestro conocimiento acerca del desarrollo embrionario temprano y conducir hacia sistemas de clasificación morfológica mucho más sofisticados.
Los esfuerzos cada vez más intensos dirigidos hacia la implantación de una política de transferencia de un único embrión conducen al desarrollo de nuevas estrategias cuyo objetivo es optimizar el poder predictivo de la viabilidad embrionaria. Una de estas maniobras en el establecimiento de nuevos marcadores de selección es la observación de la variabilidad en los tiempos de división; dada su facilidad de aplicación y su naturaleza no subjetiva, gran parte de la investigación reciente se centra en explorar su utilidad como marcadores de competencia embrionaria. Sabemos que el tiempo transcurrido entre la fecundación y la primera división es un parámetro objetivo y fácil de determinar con cierto valor predictivo de la viabilidad embrionaria; a pesar de que la relación entre el estadío de desarrollo y número de células se conoce desde hace tiempo, la valoración de la división temprana y su importancia en los procedimientos de selección embrionaria es relativamente reciente. El fenómeno de la división temprana y su impacto sobre las tasas de gestación es estudiado por primera vez por Edwards ; a partir de este momento se publican numerosos estudios en los que el punto de partida es la idea de que la transferencia de embriones con división temprana mejora las tasas de gestación e implantación.
Por lo tanto, podemos asumir que el estudio de la cinética de desarrollo ayuda a discriminar entre embriones de similares características morfologicas potenciando las diferencias evolutivas e implantatorias existentes entre ellos. Sin embargo, por las propias características derivadas de las condiciones de cultivo, el seguimiento del desarrollo embrionario es intermitente por lo que podemos acabar perdiendo precisión en los resultados relacionados con las divisiones embrionarias; la fijación arbitraria de los tiempos de observación del desarrollo embrionario puede derivar en cierta confusión a la hora de categorizar el estadío y la cronología del desarrollo. Con la introducción del time-lapse y del análisis digitalizado de las imágenes, no solo obtenemos una visión completa del desarrollo embrionario sino que podemos determinar con total precisión los tiempos de división embrionaria y cualquier fenómeno intracelular circundante a la fecundación
Los resultados de este trabajo validan la utilidad de un dispositivo de análisis de imagen en la práctica diaria de un laboratorio de Reproducción al mismo tiempo que se establece la capacidad de la cinética de desarrollo embrionario para predecir la posterior capacidad para evolucionar a blastocisto; también se concluye la influencia del método de fecundación y de la calidad seminal en la tasa de división embrionaria
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