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El segundo cuarto del siglo XIII marcó un hito trágico en la historia de Rusia con la invasión mongola. Los éxitos militares de estas hordas asiáticas aterrorizaron a toda Europa. Los mongoles conquistaron el sur de Siberia, China, Turquestán, Afganistán y Persia, se extendieron por el Cáucaso y Transcaucasia, conquistaron Vladimir, Moscú y Kiev, devastaron Polonia, Silesia, Moravia y Hungría y aparecieron en 1241 ante las puertas de Viena. La invasión mongola se vio en Rusia como una catástrofe cósmica, una incursión de fuerzas sobrenaturales, algo inaudito e incomprensible. La batalla del campo de Kulikovo fue una de las más sangrientas de la historia rusa. Tuvo lugar el 8 de septiembre de 1380 en la orilla derecha del Don y la victoria reforzó aún más la autoridad de Moscú. La victoria de Kulikovo no perdió su importancia en los siglos siguientes. Cada victoria sobre los mongoles despertaba el interés por el primer acto de la supresión de la opresión extranjera. Una nueva ola de interés en la batalla de Kulikovo y en la historia de Rusia en conjunto se despertó mediado el siglo XVI. Este periodo vio la creación de extensas crónicas y otros trabajos históricos, como el códice miniado que estudiamos aquí. (A)
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