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A partir del análisis de diferentes actividades culturales producidas desde lugares “no occidentales”, trataremos de desvelar el funcionamiento de un tipo concreto de violencia de género, una violencia que hemos denominado “geográfica”. Estas actividades artístico-activistas no sólo funcionan como ejercicios críticos de “contrarrepresentación” sino que, además, empleando diferentes “tácticas”, modos de hacer críticos, invisibles en los grandes circuitos de producción difusión del Saber, aparecen en la actualidad como una de las herramientas principales en la configuración de un nuevo proyecto feminista global. Este proyecto común, tendrá como principal objetivo la denuncia y desenmascaramiento de las formas de violencia “representacional”, legitimizadas por las relaciones económicas y geopolíticas que sostienen este mundo “globalizado”, y que se sirven de la imagen de la mujer “no occidental” (una imagen confeccionada por Occidente –ficción patriarcal, racista y heterosexista-) como bandera de su particular cruzada “liberadora”.
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