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Si Guillén apuntaba que el libro ilustrado era una de las “manifestaciones artísticas o cauces de comunicación de carácter complejo”, la obra de Buzzati, en concreto, su Poema a fumetti (1969), así lo corrobora. Se trata de una de sus última novelas, aunque no es tampoco una novela al uso, ya que está construida a partir de la hibridación de diversos códigos artísticos; de ahí que podamos distinguir elementos múltiples que hacen de su propuesta un pastiche, capricho o mosaico que, conscientemente, apuesta por distanciarse de los prototipos canónicos. El carácter díscolo y discordante de la obra se sugiere su a partir del título mismo puesto que, a pesar de haber sido calificada como novela gráfica, el lector que se acerque a sus páginas detectará, en primer lugar, la aparición inicial del término Poema. No es casual la elección ya que la trama narrativa sobre la cual se asienta la novela es, en realidad, una historia de claras resonancias mitológicas: el mito de Orfeo y de Euridice. Además, también desde el título se manifiesta el carácter híbrido del texto —apenas mencionado— al caracterizar al (no) poema como un poema a fumetti, es decir, como un artefacto lírico generado en función de un encadenamiento de viñetas. Así pues, nos encontramos ante una novela que no es una novela; ante un poema que tampoco es un poema o, dado su carácter de libro ilustrado, ante un cómic que no es cómic…Y así podríamos continuar intentando establecer una definición aproximada de una de las últimas propuestas literarias de Dino Buzzati. El Poema a fumetti es pues reacio a la codificación más estrecha y canónica de cualquiera de los modelos de escritura empleados en su construcción, de modo que no es ninguno de ellos, a pesar de ser todos y cada uno de ellos al mismo tiempo. Precisamente esta estructura paradójica sobre la que se asienta la escritura última de Buzzati es la que le confiere un rasgo distintivo respecto a su obra previa.
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