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La respuesta de Salamanca al bombardeo de Guernica constituyó, a la larga, un callejón sin salida: Luis Bolín tomó la decisión de negar su autoría y su existencia misma. Los aparatos de propaganda de la Delegación del Estado pusieron toda la carne en el asador: la prensa, las revistas gráficas, como Fotos, no escatimaron esfuerzos y buscaron imágenes `probatorias¿ de que la destrucción había sido obra de dinamiteros republicanos. Frente de Vizcaya y 18 de julio, producción de Falange, fue la primera obra que, bajo la batuta de Joaquín Reig, expuso esta tesis en el cine, depurándose en España heroica (1938) y sus secuelas, Helden in Spanien (1938 y 1939). El artículo analiza las estrategias que, apelando a la imagen, sostienen esta tesis, así como su evolución y la difuminación (que no denegación) durante el franquismo, hasta que El camino de la paz (R. Garzón, 1959) o Franco, ese hombre (J.L. Sáenz de Heredia, 1964) replantearan la estrategia consensual hacia el presente y una reescritura de la Guerra Civil. ABSTRACT. Salamanca¿s response to the bombing of Guernica ultimately came to a dead end: Luis Bolín made the decision to deny that it had ever occurred, and the State Delegation for propaganda used all its means to prove it. The press and such illustrated magazines as Fotos, took great pains to find images that supported the idea that the destruction had been merely the work of the Republicans. Frente de Vizcaya y 18 de julio, produced by the Falangist party under the direction of Joaquín Reig, was the first film to put forth the theory, followed by España heroica (1938) and its sequels Helden in Spanien (1938 and 1939). The article analyzes the strategies in which images were used to support the idea, and how it evolved and softened (albeit was never fully denied) during the Franco regime, until eventually El camino de la paz (R. Garzón, 1959), or Franco, ese hombre (J.L. Sáenz de Heredia) reformulated the consensual strategy toward the present and toward a re-writing of the civil war.
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