La evolución de la población de Almansa (Albacete) en el decenio de 1970 al 1980 es un exponente claro del comportamiento de un núcleo en relación con su actividad económica, en este caso, la industria del calzado. Lo más destacable es el crecimiento de los efectivos, sólo superado por la capital, lo que supone un ejemplo de la vitalidad de este centro industrial en una provincia eminentemente rural. Este aumento es debido en gran parte a una inmigración procedente del área comarcal, inferior a las posib ilidades de empleo que genera la ciudad, al darse un contingente nada desdeñable de personas que en núcleos cercanos trabajan para industrias locales y una migración pendular típica y tradicional. Desde el punto de vista cuantitativo, la evolución de los efectivos sigue un marcado paralelismo con la experimentada en los núcleos zapateros del Valle del Vinalopó. Con todo esto, la incidencia de la crisis económica en Almansa ha sido mucho menor (en 1981 el paro sólo afectaba al 8,5 por 100 de los activos, cifra que queda reducida considerablemente al tener en cuenta el creciente papel de la economía oculta).