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En el Golfo de Valencia los poblados marítimos tradicionales (grao, casas del mar, barriomar, etc.) son muy pequeños y siempre en relación con otro mayor interior, formando pareja. Sólo alcanzaron importancia en Valencia, Castellón, Gandía y Sagunto. Este hecho se atribuye, esencialmente, a los peligros del mar en el pasado, como recuerdan las numerosas torres. Asimismo, faltan emplazamientos defensivos y abrigos naturales. Otros factores han sido también decisivos, especialmente los terrenos pantanosos o marjales junto a la ribera. En el extremo N y en la costa alicantina no hay marjales, los caladeros de pesca son más ricos, los cabos proporcionan cierto abrigo y son frecuentes los emplazamientos defensivos. Con iguales peligros del mar, hay importantes núcleos ribereños independientes. Desde fines del S. XIX, la construcción o no de puertos ha aumentado las diferencias. En nuestros días se sobreponen las aglomeraciones turísticas.
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