Desde que España firmara en 1986 el Tratado de Adhesión a la Comunidad Económica Europea, el sector vitivinícola español ha experimentado notables cambios que han afectado sobre todo a la extensión superficial y localización del cultivo del viñedo y a la composición del mercado exterior de los vinos de España. En el terreno comercial resalta el cambio geográfico de la exportación, con una caída espectacular del mercado de Europa Oriental, una no table baja en el mercado de África Subsahariana y, como compensación, una fuerza alza en el mercado de la Unión Europea, en donde por fin los vinos españoles han dejado de soportar las tasas arancelarias. Al mismo tiempo se ha producido un gran avance en la calidad, con una presencia creciente de los vinos embotellados y con Denominación de origen frente a los vinos a granel y de mesa, lo que ha incrementado de forma extraordinaria el valor de las exportaciones. Con una media de 7,5 millones hl, la participación del vino español en el mercado mundial durante el quinquenio 1991-95 ha sido del 15%, tres puntos más que en los años previos a 1986.