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El melanoma es un cáncer de estirpe melanocítica agresivo y, a menudo, fatal. La importancia del melanoma radica en su potencial letal y la frecuencia con la que es diagnosticado en pacientes jóvenes, observándose un aumento exponencial en las últimas décadas.
Los factores pronósticos más importantes son el espesor tumoral medido en milímetros (Breslow), la presencia de ulceración y la efectación ganglionar. No obstante, existen casos cuyo comportamiento no es posible predecir basándose en los citados elementos. Numerosas variables han sido propuestas para intentar explicar estos casos, destacando, entre ellas, la presencia de infiltrados linfocitarios intratumorales.
Nuestro estudio se ha realizado en una población de 91 casos, con un seguimiento clínico mínimo de 10 años. En ellos se han estudiado parámetros clínicos (sexo, edad, localización de la lesión, existencia de progresión de la enfermedad, tiempo expresado en meses hasta el diagnóstico de la progresión de la enfermedad. existencia de recidiva local, existencia de progresión de la enfermedad, tiempo expresado en meses hasta el diagnóstico de la progresión de la enfermedad, existencia de recidiva local, tiempo expresado en meses hasta el diagnóstico de recidiva local, existencia de metástasis en tránsito, tiempo expresado en meses hasta el diagnóstico de la metástasis en tránsito, existencia de metástasis ganglionar, tiempo expresado en meses hasta el diagnóstico de metástasis ganglionar, existencia de metástasis a distancia, tiempo expresado en meses hasta el diagnóstico de metástasis a distancia, supervivencia a melanoma cutáneo y tiempo de supervivencia expresado en meses desde el diagnóstico de la lesión primitiva) histológicos (tipo histológico de melanoma, fase de crecimiento radial, fase de crecimiento vertical, espesor en mm (Breslow), nivel de Clark, presencia de ulceración, diámetro de la ulceración, número de mitosis por mm2, existencia de regresión, presencia de infiltrado linfocitario peritumoral, presencia de infiltrado linfocitario intratumoral, presencia de satelitosis, presencia de lesión melanocítica asociada, tipo celular predominante en la lesión primaria y presencia de elastosis actínica) e immumohistoquímicos (CD20, CD3, CD4, CD8, CD25, CD134, CD56, FOXP3 y CCL27).
De entre las conclusiones obtenidas en nuestro estudio destacan: del estudio inmunohistoquímico para tipificar los linfocitos T y estudiar su grado de activación se deduce que, en nuestro estudio, el infiltrado linfocitario T no influye en la mortalidad por melanoma; un mayor número de linfocitos CD25+ se asocia a una menor recidiva local por melanoma; un mayor porcentaje de linfocitos CD20 sobre linfocitos CD3 se asocia a mayor progresión de melanoma, así como a un menor intervalo de tiempo libre de enfermedad; un mayor porcentaje de linfocitos CD20 sobre linfocitos CD3 se asocia a menor tiempo de supervivencia por melanoma; una mayor expresión de CCL27 en la epidermis supratumoral se asocia a una menor progresión del melanoma, así como a un mayor intervalo de tiempo libre de enfermedad; una mayor expresión de CCL27 en la epidermis supratumoral se asocia a menor mortalidad, así como a mayor tiempo de supervivencia para melanoma; la expresión de CCL27 en el epitelio supratumoral se muestra como un valor pronóstico muy importante, superando a Breslow y presencia de ulceración, en el estudio realizado; el valor pronóstico de CCL27 en epitelio supratumoral se incrementa al eliminar del estudio el melanoma tipo/sobre léntigo maligno, lo que podría explicarse por la inactivación de CCL27 en este subtipo debida a la lesión solar crónica.
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