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El objetivo de este artículo es abordar, una vez más, uno de los tópicos seculares al que conduce la exégesis Cartesiana: la supuesta circularidad, ya denunciada por Arnauld en sus objeciones a las Meditaciones Metafísicas, en que Descartes incurre al pretender fundamentar el criterio de toda verdad (claridad y distinción). No debe esperarse, por tanto, de lo que seguidamente va a exponerse aquí, una discusión de otras cuestiones, no menos tópicas, de la filosofía Cartesiana, salvo en la medida en que afecten a nuestro problema. Así pues, nuestra discusión se centrará principalmente sobre aquel texto donde tal fundamentación del criterio de verdad pretende llevarse a cabo de manera más rigurosa, esto es: las Meditaciones Metafísicas. La referencia a cualquier otro texto Cartesiano se hará, en consecuencia, en la perspectiva de arrojar luz sobre aquellos matices no suficientemente claros desde la sola consideración de las Meditaciones o sobre los supuestos implícitos en los que se apoya Descartes. No hemos pretendido plantear, ni discutir pormenorizadamente, todas las posiciones que se han dado a lo largo de la exégesis Cartesiana. Nuestro interés ha sido sistemático antes que histórico.
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