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1.- El régimen de alimentación moderadamente restringida mejora la conversión del alimento en masa corporal; esta forma de alimentación no compromete el crecimiento. Consecuencia de esto es que la utilización de menores cantidades de alimento reducen las pérdidas de pienso, lo que redunda en un mayor ahorro y sostenibilidad de la instalación.
2.- Los individuos alimentados ad libitum regulan la ingesta para adecuar la utilización energética, pero en una dieta de composición constante y alta energía no consiguen igualar las conversiones de los individuos alimentados con moderada restricción de ración.
3.- El régimen de alimentación ad libitun debería utilizarse solamente al final del proceso de engorde, para facilitar la ganancia en peso de los animales, y se debería evitar su uso justo antes de los periodos invernales.
4.- La restricción moderada de la alimentación conserva la distribución normal de la población de peces, lo que quiere decir que no se aprecia en la población una cola de individuos pequeños. Nos atrevemos a recomendar que, para evitar que la restricción sea excesiva, hay que hacer controles habitualmente.
5.- El análisis morfométrico de las imágenes facilita los controles del estado de los individuos; se han utilizando tanto los sistemas de morfología geométrica como los basados en el cálculo de los coeficientes particulares de alometría. Nosotros proponemos estos últimos métodos para la toma de decisiones, que permiten guardar un modelo, y los de morfología geométrica para la visualización de los perfiles de las imágenes.
6.- Los individuos de dorada presentan perfiles morfométricos que están más influenciados por la época de año que por el tamaño o por la pertenencia a un grupo familiar.
7.- En estas fases, en el periodo en el que se desarrolla el engorde industrial, el crecimiento es ligeramente alométrico. El patrón de alometría se ve alterado por la época del año en la que se inicia el cultivo, induciendo transitoriamente patrones alométricos distintos en función de esa época.
8.-Los patrones alométricos no afectan a la capacidad de los coeficientes particulares para describir estados de crecimiento.
9.-La capacidad de distinguir morfologías distintas entre individuos disminuye con el tiempo, quedando las diferencias reducidas a variaciones individuales y a estados de crecimiento.
10.-Las diferencias de la morfología de los perfiles son más patentes en la zona del tronco, a la altura de la cintura escapular, en la zona abdominal y en la zona del pedúnculo caudal.
11.- El crecimiento en talla está relacionado positivamente con perfiles de siluetas estilizadas
12.-La mayor ganancia en peso está correlacionada con el crecimiento en talla, más que con el engorde propiamente dicho. Como consecuencia de ello es preferible obtener animales de mayor longitud que animales con mayor factor de condición, K.
13.- El crecimiento no se puede considerar continuo sino a pulsos (pulsos de elongación y robustecimiento alternativamente) y la morfología del perfil refleja de modo global estas alternancias. Como consecuencia de esto, y de modo especial en experimentos o controles a corto plazo, se debería comprobar que los lotes experimentales sean homogéneos también desde el punto de vista morfométrico para salvar las posibles diferencias en los estados del pulso de crecimiento.
14.- Para comprobar la recuperación del crecimiento post invernal y realizar su monitorización es preferible utilizar los parámetros TGC y FTGC (Coeficiente “fototérmico” del crecimiento) en vez de SGR.
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