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Con motivo de haber realizado la edición de la Crónica Seudo Isidoriana se han vuelto a plantear los problemas relacionados con sus fuentes y fecha de composición.
El manuscrito original de la Crónica no se conserva y sólo poseemos una copia del siglo XIII, que se encuentra en la Biblioteca Nacional de París, códice Parisino, número 6.113, folios 27-49.
Menéndez Pidal cree que la Crónica Seudo Isidoriana no estuvo escrita originariamente en latín, como hoy la conocemos, sino en árabe, debido a la serie de nombres propios, romanos y godos, así como los topónimos, que aparecen deformados, según los suele deformar la inadecuada grafía árabe. Por ello opina que debió de existir una historia mozárabe que, traducida al árabe, sirvió para formar la Crónica Seudo Isidoriana, que más tarde se retradujo al latín. La fecha de la Crónica, para Menéndez Pidal, no tiene explicación sino en cuanto fue escrita en los primeros decenios del siglo X para servir al nacionalismo de los muladíes y mozárabes que dominaban en Toledo. Su autor, pues, fue un mozárabe de Toledo arabizado.
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