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En trabajos anteriores (especialmente en “Davidson y la eficacia causal de la mente” y “Reason and causation in Davidson’s theory of action explanation”) sostuve que el origen del epifenomenismo de las propiedades mentales en el monismo anómalo de Davidson se halla en la independencia con la que este autor concibe las condiciones de justificación y de causalidad en su análisis de las explicaciones de la acción mediante razones. En este trabajo concibo este diagnóstico como un síntoma de un problema más profundo, a saber, la aceptación, por parte de Davidson, en su defensa del carácter causal de las razones, de un concepto de causalidad humeano-hempeliano que nunca llega a justificar, en lugar de limitarse al concepto ordinario de causa que él mismo evoca inicialmente. Si Davidson se hubiera mantenido fiel a este concepto ordinario, de sentido común, el epifenomenismo sobre las propiedades mentales no habría llegado a surgir.In some previous papers (especially in “Davidson y la eficacia causal de la mente” and in “Reason and causation in Davidson’s theory of action explanation”) I held that the origin of the epiphenomenalism about mental properties that infects Davidson’s anomalous monism lies in the independence with which this author conceives of the conditions of justification and causation in his analysis of reasons explanations of actions. In the present paper I take this diagnostic to be a symptom of a deeper problem, namely Davidson’s acceptance, in his defense of the causal character of reasons, of a Humean/Hempelian conception of causality which he never justifies, instead of restricting himself to the ordinary, common sense notion of cause that he himself initially mentions. Had Davidson abided by this ordinary, common sense concept, epiphenomenalism about mental properties would not even have loomed up.
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