La colonización agraria a instancias de la administración señorial en el sur del País Valenciano durante el siglo XVIII, como muestra el caso de los Carrizales en Elx, no debe entenderse como un simple proceso de refeudalización. Se convirtió en una empresa con cusados rasgos de capitalismo agrario, que se combinaron con los propios del régimen señorial. La evolución posterior durante la primera mitad del siglo XIX, en consonancia con la extremada moderación de la revolución liberal, no fue un obstáculo para el desmantelamiento del dominio señorial. Hizo posible el surgimiento de una estructura de clases dominada por dos polos bien diferenciados, los grandes propietarios y los campesinos dueños de pequeñas parcelas. En este artículo, además de cuestionar ciertos puntos de vista muy extendidos sobre el carácter de la revolución liberal, se dan razones para entender lo ocurrido en estos casos y se apuntan algunas de las consecuencias que tuvo el proceso estudiado.