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Resumen: Soy un bravo piloto de la nueva China (Semán, 2011) supone una vuelta de tuerca en la representación de la última dictadura militar argentina propuesta por la literatura autoficcional de las generaciones de la postdictadura. Si bien es cierto que existen antecedentes de novelas sobre la dictadura (notables, por cierto) en las que la focalización está puesta del lado de los militares o de sus cómplices, por primera vez es una víctima directa de la dictadura el que le otorga, en la ficción, esa posición de testigo de la historia a un perpetrador. La apuesta fuerte y valiente de Semán descansa en la sospecha de que para entender mejor la historia familiar y nacional, no alcanza con los documentos heredados (cartas y fotos), o con los recuerdos de los que habitan el mundo de los vivos. La autoficción y la literatura le ofrecen lo que no puede el testimonio, la autobiografía o la crónica histórica.Abstract: Soy un bravo piloto de la nueva China (Semán, 2011) marks a shift in the autofictional representation of the last Argentine dictatorship. Like writers from previous generations and also other children of disappeared parents who have written fictional accounts of the period, Semán also grapples with the problem of how to represent perpetrators by including a military officer as a principal character. This novel, however, represents the first time that a direct victim of the dictatorship – Semán’s father being disappeared by the military regime – includes, as part of the narrative, the point of view of the perpetrator to bear witness to the traumatic events of recent Argentine history.
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