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El propósito de este texto es continuar las investigaciones sobre la presencia en la historia de Occidente, sobre todo en la del teatro europeo, del mito del hombre salvaje, seductora figura que ya tuvimos la oportunidad de analizar tanto en la 'Odisea' de Homero como en el drama satírico 'El cíclope' de Eurípides. Dicho mito renace
una y otra vez con una tenacidad asombrosa y con una capacidad no menos prodigiosa de cambiar sus registros, construir nuevas síntesis y alterar sus funciones y mensajes, como así sucedió en el Renacimiento y en el
Barroco. En esta ocasión, en la que pasamos de la Antigüedad griega a la debatida Modernidad hispana, seguiremos utilizando el marco conceptual y metodológico proporcionado por Roger Bartra en su estudio 'El salvaje en el espejo' y 'El salvaje artificial', cuyos resultados ya nos sirvieron de enseñanza y de estímulo. De
acuerdo con sus advertencias quizá convenga insistir en que este tema de fértil plasticidad y peligrosas
oscilaciones es un “inmenso mosaico” que revive en contextos muy diferentes, tanto espacial como cronológicamente, y que conseguir un panorama fundamentado de sus manifestaciones y significados requiere
una “larga y ardua búsqueda”, “tarea que se encuentra aún en sus etapas iniciales”. Invitamos por tanto a que prosiga el estudio de este mito, indispensable en el inventario de lo que somos.
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