Las ruinas mayas de La Blanca, ubicadas en la cuenca baja del río Mopán (Petén, Guatemala), gozan de una ubicación privilegiada, ya que se extienden en una planicie dominada al Norte por una serranía que alcanza una altitud máxima de 490 metros y delimitada al Sur por la presencia del río Salsipuedes, tributario del Mopán. Es éste un paisaje de campos inundados, interrumpido por la presencia de fincas ganaderas y áreas de cultivo, en el que las ruinas se encuentran semiocultas en un reducto de bosque frondoso con árboles que alcanzan una altura media de 22 metros y entre los que es posible distinguir cerca de sesenta especies arbóreas. El Proyecto arqueológico La Blanca inició sus trabajos en el sitio en el año 2004 (Muñoz y Vidal Eds. 2005), en que se llevó a cabo un minucioso levantamiento topográfico de todo el asentamiento mediante el empleo de una estación total, con el fin de identificar los montículos y conjuntos monumentales más importantes, diseminados en un área de unas 26 hectáreas.