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Los estudios realizados en los últimos años destacan que una de las principales conductas inadecuadas en ambientes universitarios es la procrastinación académica, fenómeno cada vez más frecuente pero no por ello mejor comprendido. La procrastinación se considera un retraso innecesario e irracional del inicio o conclusión de las tareas que genera conflicto en el sujeto. Con frecuencia se ha etiquetado como una discrepancia entre “intención” y “acción”, es decir, la distancia entre lo que una persona tiene la intención de hacer y lo que en realidad hace.
La procrastinación académica en entornos universitarios y en nuestro contexto cultural no ha recibido hasta la fecha suficiente atención en la investigación. El objetivo fundamental de este estudio es profundizar en el conocimiento de este fenómeno y, adicionalmente, disponer de un instrumento de evaluación que permita detectar a sujetos en situación de riesgo respecto a este problema y proporcione criterios objetivos para establecer pautas de intervención ajustadas a cada caso.
El trabajo se estructura en dos grandes bloques. El primero de carácter teórico hace referencia al concepto y prevalencia de la procrastinación académica, los criterios de clasificación y los principales correlatos de la dilación (autorregulación, motivación, perfeccionismo, gestión del tiempo, estrés y rendimiento académico) así como los instrumentos desarrollados para la evaluación de la procrastinación.
El apartado empírico aborda los aspectos metodológicos, los objetivos específicos e hipótesis y los análisis realizados. El trabajo integra aspectos de naturaleza descriptiva y correlacional a través de una estrategia analítica transversal. Los resultados indican que la procrastinación es una conducta sumamente frecuente entre estudiantes universitarios que experimentan como muy problemática. Respecto a las variables sociodemográficas y académicas y en cuanto al sexo, las mujeres presenta menor frecuencia dilatoria y mayor problemática asociada, sin que existan diferencias en función del nivel formativo familiar pero sí una relación inversa de la frecuencia con la nota de acceso a la universidad. Se ha detectado una clara tendencia a la transituacionalidad, en especial respecto al malestar psicológico. Se han aislado tres motivos subyacentes a la procrastinación: miedo al fracaso, aversión a la tarea y asunción de riesgos. La asociación con las habilidades de gestión del tiempo ha sido inversa, directa con las dimensiones del estrés y negativa con el rendimiento académico. Por último, se ha detectado una tipología de procrastinadores y no procrastinadores con cuatro tipos entre los que destacan los procrastinadores “clásicos” y los “activos” o de excitación.
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