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La revisión de la utilización hospitalaria como herramienta de gestión sanitaria es
poco común en Europa y en España en particular. Si tenemos en cuenta que el gasto
hospitalario en España supuso el 63% del gasto sanitario total en 1990 y que éste sufrió un
incremento entre 1960 y 1995 del 2,3% al 7,65% del producto interior bruto, podemos
prever, no sin cierta preocupación, el rápido crecimiento para los próximos años. Por ello,
cualquier medida destinada a mejorar la eficiencia de los servicios de salud parece una tarea
ineludible.
El problema que se plantea al buscar economías internas, común a todos los
sistemas sanitarios de los países desarrollados, es como controlar el crecimiento de los
costes hospitalarios sin disminuir la calidad de los servicios y la accesibilidad a los mismos.
Los estudios realizados durante la última década en algunos países, sobre todo en
los Estados Unidos, sobre la utilización innecesaria de los servicios hospitalarios,
constituyen una de las aproximaciones más atractivas a la hora de enfrentar la indispensable
mejoría en la eficiencia del sistema sanitario.
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