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Cajas de ahorros y cooperativas de crédito, respondiendo a su objeto social y a los principios que les guían, dotan anualmente a Obra benéfico Social y a Fondo de Educación y Promoción Cooperativa, respectivamente, una parte de sus resultados. Ello, lejos de interferir en su competitividad en el mercado, como ha puesto de relieve su comportamiento en el sector financiero en las últimas dos décadas, responde a las virtudes propias de las entidades de economía social y contribuye a aumentar la confianza depositada hacia ellas por los agentes económicos, en la que reside la viabilidad de las empresas. En la presente comunicación, tras presentar las características de ambas ins- tituciones y sendas lógicas de dotación a sus «obras sociales», se compara su comportamiento real. Se analiza, primero, la variabilidad en las dotaciones entre ambos tipos de entidades financieras, y, segundo, se estudian dos variables susceptibles de condicionar la cuantía de tales dotaciones a fondos sociales: el tamaño y la solvencia de la entidad.
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