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Los ambientes del agua –recursos singulares por sus funciones en la naturaleza y por sus prestaciones y connotaciones para los grupos humanos- son un valioso patrimonio. En concreto, los lagos, los ríos y las masas marinas y subterráneas constituyen bienes territoriales que aportan diversidad ecológica, estructuran paisajes y, a menudo, son utilizados por los humanos para el desarrollo de sus actividades (Martín Montalvo, 1996). A lo largo del tiempo, los ambientes del agua no son estables en términos cuantitativos y/o cualitativos, sino muy variables y sensibles a la dinámica de los sistemas naturales locales y regionales y a los crecientes impactos antrópicos sobre un recurso renovable.
La presente aportación sobre Ambientes del agua en España analiza su evolución reciente (básicamente a lo largo del siglo XX) y de su estado hidrogeomorfológico actual. En general, han resultado, directa o indirectamente, alterados por la intensificación de la demanda social del recurso, por las profundas transformaciones territoriales y por la escasa valoración de un patrimonio natural y cultural. El diagnóstico del cambio hidroambiental y de su estado actual exige una referencia a la gestión y al desarrollo de las políticas públicas.
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