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This paper studies the relation between Islam and Christianity in medieval Spain as far as art and architecture are concerned, bearing in mind the length and variability of cross-cultural contact in this historical territory. Christian attitudes towards Islamic art and architecture are interpreted as a peculiar blend of admiration, reactive adaptation, rivalry, emulation and positive transfer of knowledge between two cultures living together in medieval Iberia for eight centuries. In the light of recent research, the role of art and architecture in the process of self-differentiation and self-adscription within both communities must be reconsidered. An imaginary boundary regulating social life and, therefore, conditioning attitudes about objects, buildings and their uses, appeared between societies but never prevented cultural or technical exchange. From the study of the art and architecture in the kingdom of Valencia (1232-1500), we have come to the conclusion that ethnic and religious differences were not the most relevant factors in the filtering of artistic exchange and assigning new functions to forms, objects or techniques. Finally, the paper analyses how Spanish historiography has developed narratives, including the appropriation of the Islamic legacy, to construct a national identity in modern times.El presente artículo estudia la relación entre el Islam y la Cristiandad en la España medieval en el ámbito del arte y la arquitectura, considerando la duración y variabilidad del contacto cultural en este territorio histórico. Las actitudes cristianas hacia el arte islámico y la arquitectura se interpretan como una peculiar mezcla de admiración, adaptación reactiva, rivalidad, emulación y transferencia de conocimiento entre dos culturas que coexistieron en la península Ibérica durante ocho siglos. El papel del arte y la arquitectura en el proceso de diferenciación e identificación de ambas comunidades tiene que ser reconsiderado a la luz de la investigación más reciente. Aunque un límite imaginario fue interiorizándose tanto en la psicología de los individuos como en las normas que regulaban la vida social y, por lo tanto, condicionó las actitudes hacia los objetos, los edificios y los usos de unos y otros, nunca evitó el intercambio cultural y técnico entre ambas sociedades. El rechazo, los nuevos usos o la asimilación de objetos y formas del mundo islámico revistieron distintas modalidades cuyas motivaciones conviene esclarecer. Del estudio de algunos casos, en particular del antiguo reino de Valencia (1232-1500), deriva la conclusión de que las diferencias religiosas o étnicas no fueron los factores más importantes a la hora de filtrar el intercambio artístico y de asignar nuevas funciones a las formas, los objetos o las técnicas. Finalmente, se presta cierta atención al modo en que la historiografía española ha integrado el legado islámico en la construcción de la identidad nacional en época moderna.
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