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La QETA es actualmente el tratamiento de elección del CHC en estadio intermedio de la BCLC. A pesar de ser la terapia más utilizada, existen múltiples aspectos por dilucidar, principalmente la identificación de los mejores candidatos dentro del amplio y heterogéneo grupo de pacientes que componen el estadio intermedio.
Los objetivos primarios de este estudio han sido establecer la supervivencia global y actuarial asociada al tratamiento con QETA e identificar los factores predictivos de supervivencia mientras que como objetivos secundarios se han analizado la respuesta tumoral completa y objetiva, la supervivencia libre de enfermedad y la seguridad de la terapia.
Entre mayo de 2002 y junio de 2010 se incluyeron de forma consecutiva 123 pacientes diagnosticados de CHC en estadio intermedio de la BCLC. Se realizó QETA con adriamicina y posteriormente se practicó una embolización con partículas de gelatina. A las 4 semanas se valoró la respuesta al tratamiento mediante TC, siguiendo los criterios de la OMS. Se realizaron nuevas sesiones si a lo largo del seguimiento se detectaba persistencia tumoral en las pruebas de imagen dinámicas (TC o RM) realizadas cada 3 meses. En total se realizaron 217 sesiones, con una media de 1,7 por paciente. Se interrumpió el tratamiento en caso de progresión tumoral, invasión vascular, diseminación extrahepática o deterioro de la función hepática.
La mediana de edad fue 70,58 años. Se obtuvo respuesta completa en 40 (32,5%) pacientes, parcial en 49 (39,8%) pacientes, la enfermedad permaneció estable en 19 (15,4%) pacientes y hubo progresión tumoral en 9 (7,3%) pacientes. La respuesta objetiva fue del 35,7%. La complicación más frecuente fue el síndrome postembolización (33,3%). La mortalidad relacionada con la terapia fue del 3,3%.
La mediana de supervivencia global fue de 29,2 meses. En el análisis multivariante, mediante el método de regresión de Cox, la edad superior a 65 años (p=0,02), el estado funcional 0 (p<0,001), el tamaño tumoral inferior a 5 cm (p=0,016), la respuesta objetiva (p=0.003) y la reembolización (p=0,001) fueron factores pronósticos significativos e independientes asociados a una mayor supervivencia. La supervivencia actuarial a 1, 2, 3 y 4 años fue 81%, 59%, 42% y 26% respectivamente.
Los pacientes que obtuvieron una mejor supervivencia fueron los mayores a 65 años, con buen estado funcional, con CHC de diámetro inferior a 5 cm, que alcanzaron respuesta objetiva radiológica tras la terapia y que fueron sometidos al menos a dos sesiones de QETA con estrategia a demanda.
La mediana de supervivencia libre de enfermedad fue de 20,1 meses. Los pacientes con tumores menores de 5 cm de diámetro obtuvieron un mayor tiempo libre de enfermedad y una mayor respuesta completa y objetiva. Un valor de INR mayor a 1,1 se asoció a una tasa de respuesta objetiva peor.
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