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Dentro de la seguridad energética rusa aparece como una debilidad importante la concentración de recursos en unos pocos clientes, en concreto en la UE. Por este motivo, las autoridades rusas están tratando de diversificar destinos de venta, tratando de abrir otros mercados, en especial en extremo oriente y, en particular en China. Esto acrecienta su seguridad energética, pero debilita la europea en caso de que la UE no adopte medidas activas. El abastecimiento a Europa desde Rusia, especialmente de gas, depende también de tres grandes limitaciones. En primer lugar, que existan nuevos yacimientos y su posibilidad de movilizarlos conforme aumenten las necesidades europeas. En segundo lugar, aparece el problema del surgimiento de competidores por el gas ruso y, en particular, recientemente se ha subrayado el papel de China como futuro cliente de gas ruso. En tercer lugar, se encuentra la posibilidad de que Rusia pueda ejercer un control especial sobre la oferta de gas mundial, que condicione en cantidad o/y precio el abastecimiento a Europa.
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