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El estudio sobre los déficits neuropsicológicos en adicciones ha cobrado una especial relevancia en las últimas décadas, lo que se debe fundamentalmente a sus implicaciones en aspectos tan importantes como el pronóstico terapéutico y el diseño de estrategias adecuadas de intervención (Landa, Fernández y Tirapu, 2004; Madoz, Ochoa y Martínez, 2009).
Sin embargo, y a pesar de que el policonsumo de sustancias constituye un patrón de consumo cada vez más prevalente en la población general (DGPNSD, 2013), tanto los servicios asistenciales de demanda de tratamiento como la investigación previa, suelen informar de la sustancia principal por la que el paciente acude a tratamiento, no ofreciendo información sobre los consumos de otras sustancias, los cuales pueden tener efectos en el rendimiento neuropsicológico de los pacientes.
El objetivo principal de este trabajo es identificar las alteraciones neuropsicológicas que aparecen como consecuencia del consumo de distintas drogas en pacientes que demandan tratamiento en un recurso ambulatorio de la Comunidad Valenciana, la Unidad de Conductas Adictivas de Catarroja. El conocimiento de las características cognitivas con las que inician tratamiento los pacientes permitirá diseñar una intervención psicosocial más ajustada a sus necesidades.
Para la consecución de este objetivo se seleccionaron 144 pacientes que fueron asignados a 3 grupos experimentales: dependencia a alcohol (n=31); consumidores de alcohol y cocaína (n=35) y policonsumidores (n=78). Se recogió información sobre variables sociodemográficas y clínicas extraídas de la historia clínica de los pacientes; sobre el patrón de consumo mediante la Adaptación de la Entrevista de Investigación del Comportamiento Adictivo (López-Torrecillas, Martín, De la Fuente y Godoy, 2000) y de la exploración neuropsicológica mediante la Batería Luria-DNA Diagnóstico Neuropsicológico de Adultos (Manga y Ramos, 2007). Se valoró si las variables de consumo, tales como la frecuencia de consumo, cantidad, cronicidad y tiempo de abstinencia entre otras, afectan al rendimiento neuropsicológico.
Asimismo, se evaluó el rendimiento neuropsicológico de personas sin historia de consumo de drogas y con consumos de alcohol inferiores a los niveles de riesgo fijados por la Organización Mundial de la Salud, constituyendo el grupo control 36 personas con características similares a los grupos experimentales.
En general, los grupos experimentales obtienen un rendimiento neuropsicológico más deficitario que el grupo control. Además los grupos de pacientes que realizan consumos combinados son más jóvenes y han realizado un menor tiempo de consumo, por lo que el proceso adictivo parece evolucionar más rápido, ya que también son estos colectivos lo que han realizado una demanda de tratamiento más inmediata.
En el momento de la evaluación, los pacientes del grupo de alcohol presentaban más déficits que los grupos con consumos concomitantes. Esto puede ser debido a los efectos combinados de las sustancias, ya que la cocaína parece atenuar los déficits producidos por la abstinencia de alcohol, mientras que el alcohol parece compensar los efectos agudos de la cocaína. Sin embargo, ya que el componente atencional en los grupos que consumen cocaína mejora en la abstinencia a corto plazo, este dominio puede verse alterado cuando los efectos del estimulante hayan cesado, por lo que es previsible que los deterioros en la atención se muestren más tarde en los pacientes que consumen cocaína.
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