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Independientemente del descubrimiento de nuevos fármacos para dianas farmacológicas
bien establecidas, el compromiso de la ciencia con la sociedad demanda del desarrollo de
análogos macromoleculares que mejoren las posibilidades terapéuticas de los fármacos existentes
aportando una mayor actividad biológica y una mayor especificidad. Se postula, cada vez con
más fuerza, que la aplicación de la nanotecnología a la medicina es la clave para conseguir las
mejoras necesarias tanto en diagnosis como en terapia anticancerígeno [1]. Para poder
distinguirlos de otros productos biotecnológicos como proteínas y anticuerpos, los nanofármacos
han sido definidos como “... sistemas complejos de escala nanométrica constituidos al menos por
dos componentes, siendo uno de ellos el agente bioactivo...” [2]. Con varios conjugados
polímero-proteína en el mercado y más de 11 conjugados polímero-fármaco en fase clínica, los
polímeros terapéuticos pueden ser considerados como una de las primeras nanomedicinas
poliméricas [3]. Es importante mencionar que aunque este artículo se centra en el uso de
conjugados poliméricos como anticancerígenos, su aplicación clínica es mucho más amplia
habiendo sido descritos como posibles inmunomoduladores, agentes antivíricos o fármacos para
reconstitución enzimát ica entre otros [3].Independently of the discovery of new drugs for good established pharmacologic targets,
the commitment of science with the society demands the development of macromolecular
analogs, in order to improve the therapeutic possibilities of existing drugs, contributing to an
increase on their biological activity and a greater specificity. Every time becomes more strongly
the postulated that the application of nanotechnology in medicine is the key to obtain the
necessary improvements in diagnosis and anticancer therapy [1]. In order to distinguish them
from the other biotechnological products, such as proteins and antibodies; the nanodrugs have
been defined as “… complex systems of nanometric scale, at least constituted by two
components, being one of them a bioactive agent…” [2]. With several polymer-protein
conjugates in the market and more than eleven polymer-drug conjugates in clinical trails;
polymer therapeutics can be considered as the first polymeric nanomedicines [3]. It is important
to make clear that although this article is focused on the use of polymeric conjugates as
anticancerigenic agents, its clinical application is wider than. Other potential applications have
been described for these nanomedicines, such as inmunomodulation, antiviral agents or drugs for
enzymatic reconstruction, among others [3].
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