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Miquel Feucht, Marcos
Sanchis Gimeno, Juan Alberto (dir.); Quiles Guiñau, Laura (dir.) Departament d'Anatomia i Embriologia Humana |
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Aquest document és un/a tesi, creat/da en: 2015 | |
INTRODUCCIÓN
La columna cervical se diferencia claramente de la región torácica y lumbar, tanto en su anatomía como en su biomecánica (Kapandji IA, 2007). Asimismo, la región cervical debe conciliar su gran movilidad con su papel clave en el paso de estructuras vasculares y nerviosas relacionadas con la región craneal (Gray H, 1989; Das, S et al, 2005; Drake RL et al, 2010; White TD et al, 2011).
En este sentido, entre los rasgos anatómicos distintivos de las vértebras cervicales, se encuentra un orificio en las apófisis transversas, denominado foramen transverso, a través del cual asciende la arteria vertebral (White TD et al, 2011; Moore KL et al, 2013).
Con respecto a los diámetros antero-posterior y transverso del foramen transverso, éstos no son iguales en los diferentes niveles vertebrales, presentando una gran variabilidad en un mismo individuo (Ebraheim NA et al, 1996).En e...
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INTRODUCCIÓN
La columna cervical se diferencia claramente de la región torácica y lumbar, tanto en su anatomía como en su biomecánica (Kapandji IA, 2007). Asimismo, la región cervical debe conciliar su gran movilidad con su papel clave en el paso de estructuras vasculares y nerviosas relacionadas con la región craneal (Gray H, 1989; Das, S et al, 2005; Drake RL et al, 2010; White TD et al, 2011).
En este sentido, entre los rasgos anatómicos distintivos de las vértebras cervicales, se encuentra un orificio en las apófisis transversas, denominado foramen transverso, a través del cual asciende la arteria vertebral (White TD et al, 2011; Moore KL et al, 2013).
Con respecto a los diámetros antero-posterior y transverso del foramen transverso, éstos no son iguales en los diferentes niveles vertebrales, presentando una gran variabilidad en un mismo individuo (Ebraheim NA et al, 1996).En e ste sentido, los diferentes estudios existentes aportan resultados variados y contradictorios (Ebraheim NA et al, 1996; Simsek S et al, 2013).
La arteria vertebral, en la mayoría de las ocasiones, inicia su trayecto cervical a nivel de C6 (90%), aunque en menor medida, también puede introducirse por el foramen transverso de C5 y C4 (Civelek E et al, 2007; Kubikova E et al, 2008). La particularidad de este recorrido vascular a través de los forámenes transversos, hace comprensible sus posibles implicaciones clínicas (Aparicio L, 1995; Rios L et al, 2014) al poder verse alterado el curso de la arteria vertebral como consecuencia de posibles alteraciones morfológicas vertebrales, como puede ser el foramen transverso bipartito (FTB) (Nayak BS, 2008).
Se denomina foramen transverso bipartito a la anomalía vertebral consistente en la presencia unilateral o bilateral, de un agujero transverso accesorio y posterior al foramen principal, y generalmente de menor tamaño que el principal (Le Double AF, 1912; Aparicio L, 1996; Bergman RA et al, 2006).
La presencia de foramen transverso bipartito en las vértebras cervicales es una variante anatómica ya descrita a principios del siglo XX (Le Double AF, 1912; Aparicio L, 1995), y que ha sido posteriormente mencionada en los libros clásicos o manuales de la anatomía del esqueleto humano (Buikstra JE et al, 1994; Schwartz JH, 1995; Scheuer L et al, 2000; White TD et al, 2011), así como en libros de Antropología y Paleopatología que la caracterizan como mera variante anatómica sin repercusión patológica (Baxarías J, 2008).
No obstante, el FTB puede originar la compresión arterial, venosa y neural (Aparicio L, 1995; Caovilla HH et al, 2000; Nayak BS, 2008) y producir cefaleas, migrañas y pérdidas de conciencia y puede ser causa de la insuficiencia vertebro-basilar (Aparicio L, 1996; Bulsara KR et al, 2006).
La cuestión de la frecuencia de aparición del FTB ha sido abordada en diversos estudios con resultados muy dispares que oscilan desde el 1,5% al 22,7% (Le Double AF, 1912; DeBoeck M et al, 1984; Sawhney A et al, 1989; Nagar Y et al, 1999; Aydinouglu A et al, 2001; Wysocki J et al, 2003; Jaffar AA et al, 2004; Das S et al, 2005; Sanchis Gimeno JA et al, 2005; Sharma A et al, 2010; Kaya S et al, 2011; Murlimanju BV et al, 2011), no habiendo un estudio sobre población española.
Asimismo, en cuanto a la etiología del FTB, existe actualmente una controversia, puesto que unos autores han postulado un origen congénito con carácter hereditario (Aydinouglu A et al, Kaya S et al, 2011; Mikityansky I, 2011), mientras que otros han abogado por la hipótesis que sea consecuencia de procesos degenerativos osteoporóticos, con aparición de formaciones osteofíticas (Sanchis Gimeno JA et al, 2005).
OBJETIVOS
1. Determinar la prevalencia del foramen transverso bipartito en una población rural del siglo XVII y en una muestra poblacional urbana actual.
2. Estudiar las dimensiones del foramen transverso normal en una población rural del siglo XVII y en una muestra poblacional urbana actual.
3. Estudiar las dimensiones del foramen transverso bipartito en una población rural del siglo XVII y en una muestra poblacional urbana actual.
4. Determinar si el foramen transverso bipartito es una anomalía congénita o degenerativa.
MATERIAL Y MÉTODOS
En la presente tesis se ha realizado un trabajo de investigación correspondiente a un estudio observacional descriptivo para valorar la prevalencia del FT normal y del FTB en vértebras cervicales, y describir sus dimensiones, mediante una observación transversal y retrospectiva de dos muestras poblacionales humanas:
a) 88 raquis cervicales completos procedentes de antiguos restos óseos del siglo XVII de sujetos adultos de la población de Castielfabib (Rincón de Ademuz, Valencia).
b) 253 TAC de raquis cervicales completos procedentes de la base de datos del Hospital General Universitario de Valencia y de la Cátedra ERESA-UV.
En ambas muestras de población, se excluyeron todas aquellas vértebras que presentaban patologías que podrían afectar a la morfología del FT o que no permitían su correcta visualización y análisis.
Ambas muestras, tanto la formada por las vértebras procedentes de esqueletos, como la formada por las imágenes TAC, se valoraron mediante observación macroscópica, que se repitió tres veces para cada especímen.
El estudio del foramen transverso normal y del foramen transverso bipartito en una muestra de población rural del siglo XVII se realizó analizando antropológicamente y paleopatológicamente los restos óseos hallados en la Iglesia Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Castielfabib.
La cronología de estos enterramientos ha sido fechada en el siglo XVII. Esta datación se efectuó por parte del equipo arqueológico, en base a los ajuares encontrados en los enterramientos y el contexto histórico.
La metodología científica que se ha aplicado en este trabajo de investigación está basada en las recomendaciones de la International Paleopathology Association (Rose J et al, 1991), de la Asociación Española de Paleopatología (Cárdenas Arroyo F, 1994), del Working Party on the Harmonisation of Autopsy Rules (Council of Europe, 1998) y de la Asociación Española de Antropología y Odontología Forense (Serrulla F, 2013).
La identificación sexual de los sujetos adultos se ha fundamentado en las características morfológicas primarias y secundarias de la pelvis y del cráneo (Rodríguez JV, 1984; Brothwell D, 1987; Ubelaker DH, 1989; Reverte Coma JM, 1991), en las características métricas y en las funciones discriminantes de los huesos (Rodríguez JV, 1984; Krogman WM et al, 1986; Brothwell D, 1987; Ubelaker DH, 1989; Reverte Coma JM, 1991; Alcázar J, 1997; Gil Pitarch P, 2000).
En fetos y recién nacidos la determinación de la edad se ha basado en la longitud de las diáfisis de los huesos largos (Olivier G, 1960; Stewart TD, 1968; Hoffmann JM, 1979; Ubelaker DH, 1989).
En los sujetos infantiles este dato antropológico se ha establecido mediante el estudio de la sinostosis de las epífisis de crecimiento (Krogman WM et al, 1986), empleando la metodología del Workshop of International Anthropologist y en base al grado de erupción de los dientes, aplicando para ello la técnica de Cameriere (Cameriere R et al, 2006; Serrulla F et al, 2013).
En los adultos la determinación de la edad se ha basado en las características de la terminación esternal de las costillas (Loth SR et al, 1989), osificación del cartílago tiroides (Vlcek E, 1980; Cerny M, 1983; Krogman WM et al, 1986; Alcázar Godoy J, 1997), morfología de la sínfisis púbica (Mc Kern, 1957; Miquel Feucht M et al, 2000), y en la presencia de cambios degenerativos (Reverte Coma JM, 1991).
Una vez identificado el nivel cervical de cada vértebra se paso a medir los diámetros antero-posterior y lateral de cada vértebra empleando para ello un pie de rey digital de alta precisión, modelo Powerfix 0-150 mm.
El estudio del FT y FTB en la población actual se basó en la recogida de datos mediante la visualización directa de imágenes de TAC de raquis cervicales del sistema de archivo de imagen de información radiológica (PACS-RIS), revisando las imágenes de los años 2012 y 2013.
Se incluyeron los estudios TAC cervicales de hombres y mujeres de entre 18 y 90 años, sin antecedentes clínicos que pudiesen alterar la morfología vertebral: antecedentes quirúrgicos, traumatismos o fracturas a nivel vertebral, antecedentes tumorales en la región raquídea, patología reumática grave, etc.
Cada una de las vértebras cervicales fue estudiada a partir de las sucesivas imágenes TAC en corte transversal con el fin de valorar las dimensiones del foramen transverso (diámetro antero-posterior, transversal y área), así como la presencia o no de FTB.
Cada medición se realizó tres veces, tomándose como valor válido la media aritmética de las tres mediciones correspondientes para cada parámetro.
Se consideró la presencia de FTB en aquellas vértebras cuyas imágenes TAC permitían la visualización clara de dicha variante anatómica en diferentes cortes sucesivos. En los casos de presencia de FTB se determinaron las dimensiones tanto del foramen principal como del accesorio (díámetro antero-posterior y transversal y área) .
Para el análisis estadístico se creó una base de datos con el paquete estadístico SPSS para Windows, donde se almacenaron todas las mediciones recogidas del foramen transverso normal y del FTB.
Posteriormente se obtuvieron los estadísticos descriptivos: Medidas de tendencia central (media y mediana); Medidas de dispersión (desviación típica, rango y coeficiente de variación); Medidas de forma para variables cuantitativas, así como las frecuencias absolutas y relativas para las variables cualitativas.
RESULTADOS
En el estudio antropológico se obtuvieron 508 individuos, de los cuales 331 eran infantiles y 177 adultos. La distribución sexual de los sujetos adultos fue de 97 hombres y 80 mujeres. El rango de edad de los sujetos infantiles abarcaba desde 4 prematuros hasta dos sujetos de 16-18 años, con dos picos de mortandad importantes alrededor de los 2 y 4 años. En los adultos, el 64,08% tenían una edad entre 25 y 40 años, y el 35,9% entre 40 y 65 años.
En el estudio de población actual se analizaron 253 TAC de 153 hombres y 80 mujeres, con un rango de edad de 18 a 86 años.
De las 88 columnas cervicales de la población rural del siglo XVII, sólo se identificó FTB unilateral o bilateral en C4, C5, C6 y C7.
Atendiendo a la lateralidad, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en las dimensiones del foramen transverso normal del lado derecho y el del lado izquierdo.
La comparación entre sexos puso de manifiesto que todos los diámetros fueron mayores en los hombres que en las mujeres, encontrando diferencias estadísticamente significativas en los diámetros laterales de todos los niveles cervicales excepto en C7 y del diámetro antero-posterior en C1, C3 y C5.
En función de la distribución sexual y la lateralidad, en ambos lados de las vértebras, los diámetros antero-posterior y lateral fueron mayores en los hombres que en las mujeres, siendo estadísticamente significativo el diámetro lateral en todos los niveles cervicales y el diámetro antero-posterior sólo en C1 y C7.
Sólo se encontraron FTB en los niveles C4, C5, C6 y C7, siendo mucho más frecuente a nivel de C6 (50,0%), seguido de C5 (36,4%), C4 (12,5%) y C7 (10,2%).
En la comparativa entre hombres y mujeres no se encontraron diferencias de frecuencia en el FTB, exceptuando a nivel de C7, donde la frecuencia es mayor en los hombres, siendo estos resultados estadísticamente significativos.
La comparativa de las medidas del foramen transverso principal y del accesorio del FTB determinó que en todos los niveles cervicales, los diámetros antero-posterior y lateral del foramen transverso principal eran mayores que en el accesorio, siendo estos resultados estadísticamente significativos.
En la comparación de las dimensiones de los forámenes transversos principales con FTB, con las dimensiones de los forámenes transversos normales (sin FTB), se observó que la presencia de FTB determina un tamaño menor de los diámetros antero-posterior y lateral en aquellas vértebras con FTB. Estos resultados son estadísticamente significativos para el diámetro antero-posterior de C4, C5 y C6 y diámetro lateral de C4.
De los sujetos infantiles estudiados no se disponía de columnas cervicales completas, pero si se encontraron 10 vértebras cervicales infantiles con presencia de foramen transverso bipartito: 4 pertenecientes a niños de entre 1 y 3 años. 6 pertenecientes a niños de entre 3 y 6 años.
De las 253 TAC de columnas cervicales de población actual, sólo se identificó FTB unilateral o bilateral en C4, C5, C6 y C7.
En función de la lateralidad en las diferentes vértebras cervicales, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en las dimensiones del FT normal entre el lado derecho y el lado izquierdo.
En función de la distribución sexual, se observó que todos los diámetros del FT normal fueron mayores en los hombres que en las mujeres, encontrando diferencias estadísticamente significativas en los diámetros laterales de todos los niveles cervicales excepto en C7 y del diámetro antero-posterior en C1.
En la comparativa entre sexos y la lateralidad, los diámetros antero-posterior y lateral y el área fueron mayores en los hombres que en las mujeres, siendo estadísticamente significativo en el diámetro lateral y en el área en todos los niveles cervicales exceptuando en C7 y el diámetro antero-posterior sólo en C1.
Sólo se encontraron FTB en los niveles C4, C5, C6 y C7, siendo mucho más frecuente a nivel de C6 (45,8%), seguido de C5 (23,5%), C4 (4,7%) y C7 (4,3%).
En la comparación de la prevalencia de FTB en las dos muestras poblacionales estudiadas, fueron mayores en la población rural del siglo XVII, siendo estadísticamente significativo en los niveles vertebrales cervicales de C4 y C7.
En la comparativa entre hombres y mujeres no se encontraron diferencias de frecuencia en el FTB.
La comparativa de las medidas del foramen transverso principal y del accesorio del FTB determinó que en todos los niveles cervicales, los diámetros antero-posterior y lateral y el área del foramen transverso principal eran mayores que en el accesorio, siendo estos resultados estadísticamente significativos.
En la comparación de las dimensiones de los forámenes transversos principales con FTB, con las dimensiones de los forámenes transversos normales (sin FTB), se observó que la presencia de FTB determina un tamaño menor de los diámetros antero-posterior y lateral y del área del foramen principal. Estos resultados son estadísticamente significativos para el diámetro antero-posterior y lateral y el área de C4, C5 y C6, exceptuando el diámetro lateral de C6.
DISCUSIÓN
En relación al FT, se encuentran diversos estudios que analizan las dimensiones del foramen de las vértebras cervicales. No obstante, los niveles cervicales analizados es variada. La mayoría de los autores se centran en el segmento inferior (C3-C7), siendo sólamente dos autores los que estudian todo el raquis cervical. En este sentido incluso algunas investigaciones analizan una única vértebra, siendo lo más frecuente la C1. En nuestro caso, tanto en la población antigua, como en la actual se estudió todo el raquis cervical (C1-C7).
El número de individuos estudiados también es muy variable, abarcando desde los 20 del caso de Simsek S hasta los 102 de Karau PB. No obstante, para una mayor precisión en lo referente al tamaño muestral, no sólo ha de valorarse los individuos estudiados sino el número final de vértebras analizadas, pudiendo encontrar autores que no lo informan, aunque la mayoría oscila entre 20 y 60, destacando la investigación de Evangelopoulos DS con 700 vértebras. En nuestro estudio de población antigua (estudio sobre vértebras secas) se realizó sobre 88 individuos con un número total de 518 vértebras analizadas, mientras que en población actual se estudiaron 253 TAC con un número total de vértebras analizadas de 1368.
En referencia al tipo de población estudiada, la mayoría de los autores se centran en analizar mediante TAC población actual, tal como hemos realizado nosotros en el estudio de imágenes TAC del HGUV, aunque también se encuentran estudios sobre población antigua o de origen arqueológico, al igual que en nuestra muestra de población rural del siglo XVII de Castielfabib.
En este sentido, la mayoría de los estudios en población actual están realizados sobre población no europea, incluso analizando una población mixta con individuos procedentes de India e Israel (Taitz C et al, 1978) y realizar las mediciones sin distinguir el origen étnico. Asimismo, la mayoría de los estudios sobre vértebras, proceden de material didáctico de Dept de Anatomía (Taitz C et al, 1978; Jovanovic, 1990; Ebraheim NA, 1996; Cagnie B, 2005) , sin relación anatómica y desconociendo el origen, la edad, sexo, etc.
Otro factor a tener en cuenta a la hora de evaluar los resultados obtenidos en las diferentes investigaciones es la distribución sexual de sus participantes, ya que la morfometría del FT podría estar influenciada por rasgos sexuales. Este dato, al igual que el rango de edad o la edad media no es aportado por algunos autores, quizás por el origen de sus muestras de estudios (vértebras procedentes de material didáctico de prácticas de Dpto. Anatomía).
Del mismo modo que se ha observado diferencias en el tamaño de la arteria vertebral en función del lado, podrían existir diferencias entre los diámetros y el área del FT en función de la lateralidad. En este sentido, en nuestro estudio hemos analizado este dato, al igual que la mayor parte de los estudios que han analizado las posibles diferencias morfométricas del FT. No obstante también se encuentran estudios en los que no se presta atención a esta diferenciación
Un factor que nos ha parecido importante a tener en cuenta a la hora de valorar las dimensiones del FT normal, en ambas muestras de población, ha sido la concurrencia o no de FTB en las vértebras objeto de estudio. El hecho que la variante anatómica del FTB pudiese estar afectando a los diámetros y el área del foramen transverso principal, determinó que las medidas resultantes se analizaran en función si se presentaba FT normal o FTB.
De este modo, el estudio comparativo de los diferentes parámetros en FT y FTB nos permitiría determinar si la presencia de FTB condicionaba en las vértebras afectadas por esta variante un FT principal de menor tamaño respecto a las vértebras con FT normal.
Sin embargo, la totalidad de los estudios precedentes no refieren si encontraron vértebras con dicha variante, ni si fueron incluidos o excluidos en la medición global. Tan sólo Taitz C et al (1978) informa de la presencia e inclusión en su medición global los casos de FTB: en su estudio analizaron el diámetro antero-posterior y lateral en 267 vértebras en total y detectaron 34 vértebras con FTB. En este caso se tomó como medida de diámetro antero-posterior y lateral, aquella correspondiente al agujero de mayor tamaño en el FTB.
En lo referente a los parámetros escogidos para la valoración morfométrica del FT de cada segmento cervical, la mayor parte de autores optan por la medición del diámetro antero-posterior y el diámetro lateral de dicho foramen. En menor medida se mide el área del foramen transverso y menor aún es la proporción de autores que miden tanto los diámetros antero-posterior y lateral, más el área del FT, tal y como hemos realizado en nuestra muestra de población actual a partir de imágenes TAC cervicales (Zhao L et al, 2008; Karau PB et al, 2013).
Además, entre los autores que se preocupan por medir el área de los forámenes transversos, se centran en el segmento cervical inferior (Martín Y, 2006; Hong JT et al, 2008; Zhao L et al, 2008; Kim C et al, 2012), sin prestar atención a C1 y C2, salvo en el caso de Karau PB et al (2013), quienes sí que miden el área del FT en C1.
Esta ausencia de investigación acerca del área del FT resulta llamativa, puesto que precisamente este parámetro podría ser un dato asociado con el área de flujo de la arteria vertebral y por lo tanto podría estar relacionado con sus implicaciones clínicas respecto al aporte sanguíneo cerebral (Gabrielsen TO, 1969; O’Rahilly r et al, 1983; Kotil K et al, 2014).
La ausencia de estudios del área puede estar justificada, como ocurre con nuestra muestra de población rural antigua, en que la medida del área del FT resulta un parámetro difícil de valorar cuando se estudia directamente vértebras cervicales secas, pero no así en el caso del estudio de imágenes TAC de raquis cervicales, en las que del mismo modo que se miden los diferentes diámetros antero-posterior y lateral, resultaba accesible la medida del área del FT.
Algunos autores (Jaffar AA et al, 2004; Karau PB et al, 2013), en la metodología para medir el área del FT en vértebras secas emplean la aplicación de la fórmula del área de la elipse. Sin embargo, este método de cálculo del área del FT, no nos pareció adecuado en la metodología de nuestro estudio de vértebras secas, ya que el cálculo del área que se obtiene con esta fórmula es el referido a una elipse regular, mientras que el FT no presenta una morfología de elipse regular. Por lo tanto, en todo caso, mediante este método de cálculo del área del FT los resultados obtenidos sólo serían validos como valores orientativos.
La mayoría de las investigaciones precedentes concluyen que existe un aumento de los diámetros antero-posterior como lateral desde C3 a C6, así como que C1 presenta los valores mayores, mientras que C7 los menores, circunstancia que también hemos podido constatar en ambas poblaciones estudiadas, aunque en nuestro caso, tanto en la población rural del siglo XVII como en la actual, el diámetro antero-posterior de C7 era superior al de C3.
Esta discordancia podría deberse al diferente origen muestral de las poblaciones estudiadas, al igual que la disparidad de los estudios de Evangelopoulos DS et al (2012) y Nishinome M et al (2013) cuyos resultados apuntan a un aumento de los diámetros desde C6 a C3 , así como que los valores máximos se encuentran en C7 frente a C1.
En concordancia con la hipótesis que el tamaño del orificio transverso izquierdo debería ser más grande, al igual que la arteria transversa izquierda, los estudios de Taitz C et al (1978), Cagnie B et al (2015) y Evangelopoulos DS et al (2012), si encontraron en los niveles de C3 a C7 diámetros superiores en el lado izquierdo frente al derecho. Por el contrario, el resto de estudios (Ebraheim NA et al, 1996; Zhao L et al, 2008; Nishinome M et al, 2012; Kotil K, 2012; Simsek S et al, 2013 y Karau PB et al, 2013), no encontraron diferencias significativas. En nuestro trabajo, al igual que la mayoría de los autores precedentes, no hallamos diferencias significativas en ninguna de las dos poblaciones estudiadas.
En referencia a posibles diferencias de tamaño en función de la distribución sexual, la mayoría de los autores que lo han analizado concluyen que en los varones este foramen es de mayor tamaño, al igual que sucede en nuestro estudio en ambas poblaciones. En este sentido, las diferencias significativas (estad.) fueron en C3, C4 y C5 en el estudio de Evangelopoulos DS (2012), en todos los niveles en Malik SW (2009), de C4 a C6 en Ebraheim (1996) y en nuestro estudio C1, C3 y C5 en la población rural del siglo XVIII y sólo en C1 en la población actual. Por el contrario, los estudios de Rocha R (2007), Zhao L (2008) y Karau PB (2013) no encontraron diferencias significativas, habiendo autores que ni siquiera refieren si encontraron diferencias (Taitz C, 1978; Jovanovic MS, 1990; Latit M, 2014).
El área del FT ha sido estudiado por muy pocos autores, en los cuales la metodología empleada y los niveles analizados, así como el origen de la muestra es muy diversa. En este sentido Jaffar AA (2004), Martin Y (2006) y Karau PB (2013) realizan el estudio sobre vértebras secas (fórmula de la elipse), mientras que Hong JT (2008), Zhao L (2008), Kim C (2012) y el nuestro, se basan en imágenes TAC. La mayoría de los autores se centran en el segmento inferior, Karau PB solo sobre C1. Jaffar AA, al igual que nuestro estudio, midió todos los niveles vertebrales.
El origen étnico también es muy variable: Martín Y al igual que nosotros estudia una población española, Jaffar AA individuos caucásicos sin especificar la nacionalidad, Hong JT, Zhao L y Kim C presentan una muestra de población coreana y china y Karau PB keniata.
En lo referente al tamaño de la muestra estudiada, únicamente Hong TJ (2008) habrían estudiado 350 individuos, que superaría en número a nuestra muestra (253), aunque este investigador no especifica el número total de vértebras estudiadas, que en nuestro caso fue de 1368.
Así mismo, al contrario a nuestra investigación, ningún estudio precedente informa si incluye o no en su medición las vértebras con FTB, el cual podría estar influyendo en el área del foramen principal del FTB.
Los resultados de las áreas de nuestro estudio se asemejan a los descritos por Martín Y (2006), posiblemente por tratarse en ambos casos de población española, aunque en el caso de Martin Y (2006) se estudió sobre vértebra seca. Por el contrario, Jaffar AA (2004) presenta unas áreas de mayor tamaño, mientras que los del estudio de Kim C (2012) son menores.
Estas discrepancias entre los estudios puede deberse a la técnica empleada por Jaffar AA (2004) al usar la fórmula de la elipse en las vértebras secas, y al diferente origen racial de las muestras poblacionales.
En la comparación del área de FT en función de la lateralidad, la mayoría de los autores no encontraron diferencias, exceptuando los estudios de Kim C (2012) que encuentra un mayor área estadísticamente significativo en el lado izquierdo a nivel de C3, C4, C5 y C6, mientras que en nuestro estudio este resultado es significativo sólo en C4.
Esta discrepancia con los resultados del estudio de Kim C, podría ser al diferente origen racial de la población estudiada.
En función del sexo los diferentes estudios precedentes no realizan esta comparación, a excepción de la investigación de Zhao L (2008), que describe una mayor área del foramen transverso de los hombres a nivel de C3, sin que informe si fue estadísticamente significativo. En nuestro caso, en todos los niveles vertebrales, las áreas de los hombres fueron mayores estadísticamente significativos.
Esta discrepancia con los resultados de Zhao L (2008) pueden deberse a las diferencias antropológicas propias de la muestra de población china, con respecto a la nuestra (población española Si bien son bastantes los autores que han investigado el FT, se encuentran muy pocos los que hayan estudiado la frecuencia y los diámetros del FTB, cuestión que llama la atención teniendo en cuenta que podría influenciar en el calibre de la arteria vertebral.
La mayoría de los investigadores centran sus estudios en vértebras secas, que proceden de material didáctico de Dptos de Anatomía o de restos óseos arqueológicos. En nuestro caso optamos por el análisis de restos óseos de la población rural, pero también por el estudio de imágenes TAC cervicales, al igual que De Boeck R et al (1984).
Únicamente De Boeck R (1984), Sanchis Gimeno JA (2005) y Chandravadiya L (2013) dispusieron de columnas cervicales completas, al igual que en nuestro estudio de población rural. El resto de los autores analizaron la prevalencia del FTB en segmentos del raquis cervical, incluso se encuentran autores que ni siquiera informan de qué segmento cervical analizaron en su estudio.
Esta circunstancia se debe al origen arqueológico o didáctico de las vértebras, lo que determina que el estudio se basa en raquis incompletos o vértebras aisladas de diferentes columnas cervicales.
En este sentido, son pocos los autores que informan sobre el número de individuos estudiados, pero si del número de vértebras. Nuestra población rural del siglo XVII incluyó 88 individuos que comprendían 518 vértebras, tamaño muestral sólo superado por dos autores: Nagar Y et al (1999), que analizó 709 vértebras y Sanchis Gimeno JA (2005) con un tamaño muestral de 560.
En cuanto al estudio de imágenes TAC de la población actual, estuvo compuesta por 1368 vértebras, tamaño muestral que ninguno de los otros autores precedentes supera.
Otro aspecto importante a destacar es la falta de los datos de género y edad (rango de edad o edad media) de las muestras estudiadas, aportándolo tan sólo dos autores (De Boeck R, 1984; Kaya S, 2011). Se trata de un dato antropológico importante para el esclarecimiento de la controversia de la génesis del FTB (congénito vs degenerativo). Procedencia arqueologica
El posible predominio del FTB en función de la lateralidad, ha sido un aspecto estudiado por nosotros, al igual que aproximadamente la mitad de los estudios precedentes, dada la importancia del mayor tamaño de la arteria vertebral izquierda. Nuestros resultados coinciden con la mayoría de los estudios previos, en los que no se observa una tendencia de predominio hacia la unilateralidad, ni tampoco a la bilateralidad del FTB.
En relación a la presencia del FTB en la población del siglo XVII, C6 fue la vértebra con mayor frecuencia (50%), seguida de C5 (36,4%), C4 (12,5%) y C7 (10,2%). Los resultados del estudio TAC son idénticos pero con frecuencias menores: C6 (45,8%), C5 (23,5%), C4 (4,7%) y C7 (4,3%). Nuestros resultados de presencia del FTB coincide con la mayoría de los autores que lo han estudiado, donde se mantiene el patrón de mayor presencia en C6, seguido de C5, C4 y C7. Del mismo modo, los valores obtenidos en nuestro estudio sobre la frecuencia, son similares con los aportados por Sanchis Gimeno JA (2005) y Martín Y (2006), seguramente por el origen muestral de sus estudios (población española).
Las discrepancias tanto en presencia como en frecuencia con otros autores, como por ejemplo el caso de Chaudhari ML (2013) con mayor presencia de FTB en C7, o las menores frecuencias de aparición que aportan el resto de los autores, puede ser debida al origen muestral, que en todos ellos proviene de columna incompletas o colecciones de vértebras como material didáctico, así como al diferente origen poblacional o étnico.
Por el contrario, ningún autor de los estudios precedentes ha investigado la posible relación de la prevalencia del FTB en función del sexo. Nuestros resultados no observaron diferencias de prevalencia, ni frecuencias entre hombres y mujeres en la población actual, pero si una mayor presencia de FTB en C7 en los hombres, siendo esta diferencia estadísticamente significativa.
La morfometría del FTB es un aspecto valorado por pocos investigadores, los cuales coinciden con nuestros resultados que se aprecia un foramen principal o de mayor tamaño, y uno accesorio más pequeño y posterior. En cuanto a las dimensiones de ambos orificios transversos, tan sólo 3 autores lo han estudiado (Erbil KM, 2001; Das S, 2005 y Martín Y, 2006). Nuestros resultados son similares a los aportados por Erbil KM (2001), aunque con valores ligeramente superiores. En nuestro caso, en ambas muestras de población analizadas, se observa un tamaño similar de FTB accesorio en los niveles cervicales de C4 a C7, con una media de diámetro ántero-posterior y lateral algo inferiores en la población actual.
Los resultados de nuestro estudio del área del foramen accesorio del FTB son similares a los obtenidos por Martín Y (2006), seguramente por el mismo origen muestral (población española). La comparación entre las dimensiones del foramen transverso normal (sin FTB) con las del foramen principal del FTB, sólo ha sido estudiado por nosotros, obteniendo en todos los casos de las vértebras C4, C5 y C6 diámetros superiores en el foramen transverso normal (no FTB). En el caso de la muestra rural del siglo XVII estas diferencias fueron estadísticamente significativas.
Finalmente, se analizaron las vértebras de los sujetos infantiles de la población rural del siglo XVII y clasificándolas por su edad en base a los cambios anatómicos vertebrales en los primeros años de vida (Fazekas I, 1978; Schaefer M 2009; Baker B, 2010). En este sentido, el foramen transverso se forma a partir de los dos años de edad, permaneciendo en edades más tempranas abierto en su cara anterior. Entre los 3 y 4 años tiene lugar el crecimiento óseo de la cara anterior del foramen transverso y posteriormente la fusión de los pedículos con el cuerpo vertebral. La presencia de FTB en 10 sujetos infantiles, 4 casos en niños de 1-3 años y 6 casos en niños de 3-6 años, constataría la línea de la hipótesis del origen congénito de esta variante anatómica cervical y no la del origen degenerativo.
CONCLUSIONES
1. El FTB sólo se observa en los niveles cervicales C4, C5, C6 y C7. Tanto en la muestra de población rural del siglo XVII, como en la muestra de población actual valenciana, se observa que el nivel cervical que con mayor frecuencia presenta esta variante anatómica es C6, seguido en orden de frecuencia por C5, C4 y C7.
2. Las dimensiones del FT normal observadas en el presente trabajo para población española, son coherentes con las observadas previamente por otros autores en otras muestras de población de diverso origen étnico. No observamos diferencias en función de la lateralidad en las dimensiones del FT en ninguno de los niveles cervicales, pero sí en el análisis de las dimensiones del FT en función del sexo, siendo el FT de todos los niveles cervicales, significativamente mayor en los hombres que en las mujeres. El mayor tamaño del FT en los hombres se produjo fundamentalmente a expensas del diámetro lateral del FT. En la comparación en función del nivel cervical, el mayor tamaño de FT se aprecia en C1, seguido por C2, a continuación se observa un aumento progresivo del tamaño del FT desde C3 a C6, mientras que C7 es la vértebra con el FT de menor tamaño.
3. Las dimensiones del foramen principal del FTB son mayores que las del foramen accesorio del FTB en todos los niveles cervicales en los que se presenta esta variante anatómica: C4, C5, C6 y C7. Asimismo, las dimensiones del foramen principal del FTB son significativamente menores que las del FT de vértebras normales en cada uno de los niveles cervicales en los que aparece el FTB. Por lo tanto, la presencia de FTB determina un menor tamaño del FT respecto a las vértebras sin FTB.
4. El hallazgo en la muestra de población rural del siglo XVII de Castielfabib de vértebras infantiles (de 1 a 6 años de edad) con FTB, confirma un origen congénito para la variante anatómica del FTB.
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