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Following the Greek tradition, the Roman historians included oratical speeches of the characters in their plays, by alterning the oratio recta, which reproduced the words of the characters in a supposedly literal way, and the oratio obliqua, characterized by the shift of the speech in accordance with the time-spatial coordinates of the statement itself. This method of discursive reproduction had an unusual development in the latin language since it needed no reporting verb before every new statement. A review of the Roman historiography seem to suggest the obvious differences of use between the different times and the various historians; some of them didn´t include any speech in their plays, many more limited to the oratio recta, and among those who used the latin reported speech there´s a wide variety, from the high point of the Iulius Caesar Commentarii to the total decline at times of Tacitus, the last historian who uses oratio obliqua in the interspersed speech of his play. Even from the writers whose play is damned by the textual transmission some conclusions can be drawn from some passage or from indirect information.Siguiendo la tradición griega, los historiadores romanos incluían en sus obras desarrollos oratorios de sus personajes, alternando la oratio recta, que reproducía de forma supuestamente literal las palabras de los protagonistas, y la oratio obliqua, caracterizada por la reubicación del discurso en relación a las coordinadas espacio-temporales de su propio enunciado. Este método de reproducción discursivo tuvo un desarrollo inusitado en la lengua latina por no necesitar un verbo introductor ante cada nuevo enunciado. Un repaso de la historiografía romana permite entrever las evidentes diferencias de uso entre las diversas épocas y los diferentes historiadores: algunos no incluyeron en sus obras discurso alguno, muchos se limitaron a la oratio recta, y entre aquellos que se sirvieron del discurso indirecto latino existe un enorme abanico, desde el punto álgido que representan los Comentarios de Julio César hasta el declive total a partir de la época de Tácito, último historiador que emplea la oratio obliqua en los discursos intercalados de su obra. Aun en los escritores cuya obra está más lastrada por la transmisión textual pueden extraerse algunas conclusiones a partir de algún fragmento o de información indirecta.
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