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En el presente artículo, realizamos un análisis de la evolución reciente del cluster cerámico de Castellón, un distrito industrial “canónico” que se ha caracterizado históricamente por su capacidad de adaptación y potencial innovador, y que ha experimentado un fuerte impacto de la crisis económica que se inicia en España en 2008. Este impacto se ha traducido tanto en el cierre de empresas como en un importante aumento del paro registrado, superior al experimentado por el conjunto de la región valenciana. Sin embargo, las empresas del distrito, o al menos una parte significativa de ellas, han desarrollado una serie de estrategias, en su mayor parte de carácter ofensivo, que han permitido una relativamente rápida recuperación de la actividad productiva: actividad innovadora e impulso y diversificación geográfica de las exportaciones. Una parte importante de las empresas han recibido inversiones de capital externo y/o han realizado inversiones en otros países, mejorando la conexión con los circuitos globales de inversión, consumo y tecnología, lo que ha sido un factor de primer orden de resistencia y recuperación frente a la crisis. Protagonistas destacados de este desarrollo han sido sectores, como el de esmaltes y fritas o maquinaria, que hasta el momento eran considerados como “auxiliares”, determinado importantes cambios en las estructuras del distrito tanto sectoriales como empresariales. Como variables decisivas en el éxito de estas estrategias empresariales, hemos identificado al menos dos: el peso de la internacionalización corporativa y la intensidad de la actividad innovadora realizada antes, con el resultado adicional de un aumento de la heterogeneidad interna derivada de la supervivencia diferencia de las empresas en función de estas dos variables, lo que podría significar a medio y largo plazo un cambio de modelo.
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