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La globalización neoliberal ha generalizado en sus prácticas políticas la dimensión formal y representativa de la democracia, tal y como la definió el sociólogo español Jesús Ibáñez a principios de la década de los noventa del pasado siglo. En su definición la expresión democracia –el pueblo gobierna— se encuentra acotada tanto por ser formal –la forma de expresión, el voto, prima sobre el contenido— como por ser representativa –el pueblo participa mediante representantes que ha escogido con su voto. Ambas circunstancias limitan el alcance de la democracia, de tal manera se antoja adecuada la expresión: nada para el pueblo, pero sin el pueblo.
La presente ponencia vuelve a repensar la cuestión a partir de Ibáñez. En primer lugar, explícita de manera teórica los tres niveles complementarios de democracia: elementos, estructura y sistema. Más tarde, abordamos el tema la crisis de la democracia liberal —nivel de los elementos— y los problemas y déficits que acarrea la misma para legitimar una democracia de baja intensidad, incapaz de contrarrestar la hegemonía de los mercados financieros globales. Seguidamente, analizamos los cambios acaecidos en la democracia liberal y el resurgimiento de un tipo de democracia participativa –nivel de la estructura—, basada en fórmulas de participación regulada en la que el papel actor reside en las instituciones políticas y que encuentra sus contradicciones en la coyuntura social y económica actual. Por último, tratamos la democracia real –nivel del sistema—, aquella que otorga el papel actor a la sociedad civil. Ilustramos esta cuestión a partir del análisis de algunas experiencias recientes surgidas en el Estado español, en las que los movimientos sociales y las plataformas de resistencia han tenido un papel clave en las lucha por una democracia de alta intensidad en un momento en que el futuro de lo social está hipotecado.Neoliberal globalization has widespread in his political practices a formal and representative dimension of democracy, as it was defined by the spanish sociologist Jesus Ibáñez. In his defining the term democracy -the people shall govern- is bounded both as to be formal -the form of expression, the voting premium to be representative content- as to be representative -the people who participate through representatives chosen by voting . Both circumstances limit the scope of democracy, so we can use the expression: anything for the people, but without the people.
This paper returns to rethink the issue from Ibañez. First, theoretically explicit the three complementary levels of democracy: elements, structure and system. Later, we address the issue of the crisis of liberal democracy -level of elements- and the problems and deficits that brings it to legitimize a low-intensity democracy, unable to counter the hegemony of global financial markets. Then, we analyze the changes in liberal democracy and the resurgence of a kind of participatory democracy -level of structured , based participation schemes regulated by the actor role lies in political institutions and finding contradictions in current social and economic situation. Finally, we try real democracy -level of the system, one that gives the actor a role for civil society. We illustrate this issue by analyzing some recent experiences from the Spanish State, in which social movements and resistance platforms have played a key role in the struggle for a high-intensity democracy at a time when the future of the social is mortgaged.
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