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La tesis pretende reconstruir críticamente la reflexión realizada por el filósofo estadounidense Harry G. Frankfurt a partir de los años 1960 sobre las fuentes de la normatividad práctica de los agentes humanos. No es descabellado caracterizar los múltiples caminos que ha recorrido la obra de Frankfurt desde sus comienzos como el cauce horadado en su incesante búsqueda de dar una respuesta a la pregunta: “¿qué es ser una persona?”. Los senderos seguidos, así como los trazados, permiten ubicar a Frankfurt como promotor o comentarista destacado en las discusiones filosóficas más relevantes sobre la libertad de la voluntad, la responsabilidad moral, la normatividad práctica, la teoría de la acción o la teoría de los ideales llevadas a cabo en los últimos cuarenta años, particularmente en el ámbito de la filosofía anglo-sajona o analítica. El documento se articula en torno de la descripción y profundización de un conjunto de conceptos teóricos que en parte han ido sustituyéndose y en parte solapándose: estas nociones son las de “jerarquía de deseos”, “identificación”, “preocupaciones”, “importancia” y, de forma privilegiada, “amor”. Mediante la reconstrucción de estos puntos centrales así como de las principales críticas y complementos a su teoría que surgen en el ámbito de la filosofía analítica, la tesis pretende probar que la interpretación que mejor rescata y articula las diversas dimensiones elaboradas en la completa extensión de la obra de Frankfurt es aquella que supone a la persona como un agente que, en su inherente mundanidad, se autorrealiza mediante el procedimiento de amar. Es decir, la investigación busca mostrar que el conjunto de elementos conceptuales aportados por el filósofo estadounidense adquieren un sentido más acabado si no se los entiende como parte de una teoría compleja de la autonomía o de la responsabilidad moral, sino como parte de una novedosa perspectiva de la autorrealización (al menos en el ámbito analítico). Este punto de vista centrado en un modelo formal o procedimental de autorrealización, casi ausente en los estudios críticos analizados en el documento y apenas sugerida por el propio Frankfurt, es la aproximación que permite zurcir –no de forma invisible pero tampoco estropeando el tejido- la descripción de la voluntad como reflexiva (estipulada a partir de los textos publicados en la década de 1970), la caracterización de las personas como sujetos que no pueden dejar de ser activos (presentada a partir de las obras de fines de 1980 y comienzos de 1990), la centralidad de las relaciones de amor para fundamentar la normatividad práctica (desarrollada a partir de la década de 1990) y la sugerencia de que la preocupación por hacer las distinciones pertinentes (en particular entre la verdad y la falsedad) es la condición de posibilidad de la agencia en los contextos donde el conocimiento es el objetivo de la práctica (elaborada con detalle en el conjunto de artículos escritos por Frankfurt sobre la noción de “bullshit” o charlatanería). Con estos elementos, la tesis original de este documento es que la obra de Frankfurt puede leerse como una teoría sobre las precondiciones para considerar a un sujeto una persona y las condiciones procedimentales para su autorrealización.
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