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What does “trancultural turn” exactly means and which is its relationship with aesthetics? Culture has never been as important as it is today, so it is now more than ever crucial to reflect on its current expressions and transformations. In this sense it is useful to examine the perspective of cultural studies. The purpose of this paper is to analyze the effects of the “cultural turn” on aesthetics highlighting positive and negative aspects of the relationship between aesthetics and cultural studies. In spite of many criticisms it has received (eclecticism, lack of scientific rigor, methodological unreliability and so on…), it is crucial to accept the challenge coming from cultural studies without avoiding the experience of the conflict and of the difference. Accepting this challenge means stop looking at aesthetics as a pure and self-sufficient discipline and adopting a pluralistic, transcultural and inclusive point of view. So, instead of a modern concept of culture considered as a unitary whole and based on a rigid binary opposition, a transcultural approach emphasizes a continuing process of contamination and dissemination of ideas, languages, cultural habits and artifacts. It means overcoming an ethnocentric point of view and dealing with marginal or alternative experiences coming from contemporary society, following a logic of difference understood as nonidentity, complementarity and plurality.¿Qué significa exactamente “giro transcultural” y cuál es su relación con la estética? La idea de cultura nunca ha sido tan importante como lo es hoy, por lo que ahora resulta más crucial que nunca la reflexión sobre sus expresiones y transformaciones actuales. En este sentido, es útil examinar la perspectiva propia de los estudios culturales. El propósito de este trabajo es analizar los efectos del “giro cultural” en la estética destacando los aspectos positivos y negativos de la relación entre la estética y los estudios culturales. A pesar de las numerosas críticas que ha recibido (eclecticismo, falta de rigor científico, falta de fiabilidad metodológica, y así sucesivamente...), es crucial para aceptar el desafío proveniente de los estudios culturales sin evitar la experiencia del conflicto y de la diferencia. Aceptar este desafío significa dejar de mirar a la estética como disciplina pura y autosuficiente, adoptando un punto de vista pluralista, transcultural e incluyente. Así, en lugar de un concepto moderno de la cultura considerada como un todo unitario y con base en una oposición binaria rígida, un enfoque transcultural hace hincapié en un proceso continuo de contaminación y difusión de ideas, lenguas, hábitos culturales y artefactos. Esto implica superar un punto de vista etnocéntrico y hacer frente a experiencias marginales o alternativos procedentes de la sociedad contemporánea, siguiendo una lógica de la diferencia entendida como la no-identidad, la complementariedad y la pluralidad.
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