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Los avances de la terapia antineoplásica han llevado a un significativo aumento de los índices de supervivencia en las últimas décadas, especialmente en el ámbito del cáncer pediátrico. El objetivo en este momento es ofrecer una recuperación completa y segura, con aceptable calidad de vida y una reintegración plena en la sociedad. Desde el punto de vista endocrino-gonadal, sabemos que algunos de los tratamientos utilizados en el cáncer infantil, pueden ocasionar fallo ovárico prematuro (FOP). La capacidad de reproducción en el ser humano, no se considera un valor trivial y se relaciona de forma clara con las sensaciones de bienestar y de autonomía personal.
Paralelamente en los últimos años, las técnicas de reproducción asistida han conseguido verdaderos progresos y hoy en día el diseño de alternativas para preservar la fertilidad en pacientes diagnosticados de cáncer se ha convertido en una prioridad para muchos profesionales. La criopreservación de corteza ovárica (CCO) actualmente es la única opción viable para pacientes prepúberes, pero es importante remarcar su todavía carácter experimental y la necesidad de concretar algunos aspectos sobre su aplicación en pacientes menores de edad (A. R. Wallace WH 2005) (Lee SJ 2006) (Loren AW 2013)
Uno de los diagnósticos más frecuentes dentro de la oncología infantil es la leucemia aguda (LA). Aunque sólo parte de estas pacientes requerirá un trasplante de precursores hematopoyéticos (TPH), en este subgrupo las posibilidades de FOP son superiores al 80% (A. R. Wallace WH 2005). Considerar en estas pacientes la realización de técnicas de PF es fundamental pero por diferentes motivos no es fácil elegir el momento adecuado para llevarlas a cabo.
Conocer la situación del tejido ovárico previamente al TPH y tras haber sido expuesto a QT clásicamente descrita como poco gonadotóxica, tendría eminentes aplicaciones prácticas a la hora de establecer el momento óptimo de la CCO en estas pacientes. En dicho tejido, el mantenimiento de los folículos primordiales (FP) en estado “durmiente” (constituyendo nuestra principal reserva ovárica) o por el contrario su activación, tiene importantes consecuencias sobre el potencial fértil de una persona. La vía de señalización PTEN/PI3K/Akt, a través de la fosforilación de algunas proteínas clave, parece estar implicada de lleno en este mecanismo de activación folicular (Reddy P 2008).
Poner en marcha un programa específico de Preservación de Fertilidad (PF) para pacientes pediátricas y adolescentes requiere de un equipo multidisciplinar que englobe a pediatras oncólogos, cirujanos pediátricos, especialistas en reproducción, biólogos y psicólogos. La selección cuidadosa de las pacientes de mayor riesgo gonadotóxico, la aplicación de las técnicas disponibles en la actualidad de PF y el estudio desde diferentes ópticas de los tejidos crioconservados, son algunos de los objetivos prioritarios actuales y para los próximos años.
La experiencia de nuestro equipo (muy amplia en mujeres adultas) y de casi 7 años con un programa específico para población infantil, con más de 50 pacientes incluidas, nos permite dar una visión completa e integradora del tema. Sería muy deseable que las opciones de PF con las que actualmente contamos estuvieran disponibles para todas las pacientes candidatas a nivel nacional y que el aprendizaje adquirido estos años y la revisión sistemática de la literatura nos permitiera, a partir de esta tesis doctoral, crear las bases de una guía clínica estandarizada.
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