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La esclerosis múltiple es una enfermedad del sistema nervioso central (SNC) que afecta al cerebro y
a la médula espinal. Es una enfermedad crónica y aparece en un momento vital de la vida ( Entre los 20-40 años
de edad). El diagnósitco de la enfermedad puede ser devastador para el paciente y la familia. La naturaleza incierta
de la evolución de la enfermedad hace que sea muy difícil acostumbrarse psicologicamente a la enfermedad y su
futuro.La enfermedad afecta a la calidad de vida, al estado de felicidad y satisfacción mermando en ocasiones las
relaciones sociales, la autoestima, las relaciones de pareja, la economía...Todas estas alteraciones en ocasiones
pasan desapercibidas , sin embargo, tienen una grave repercusión en la vida cotidiana. Muchos pacientes ven su
vida truncada y sin sentido. Sin embargo muchas personas siguen conservando su autonomia despues de 20 años
de manifestarse la enfermedad.
Objetivo: Identicar la relación existente entre el grado de discapacidad derivado de la enfermedad de Esclerosis
Múltiple y la percepción de felicidad Definir los factores generadores de estrés y los factores protectores frente a la
enfermedad.
Pacientes y Métodos: Se incluyó a 50 pacientes con EM de los cuales el 72% eran hombres y el 28% mujeres
divididos según su grado de discapacidad medido con la escala EDSS siendo 16 con discapacidad leve (entre 0-3
EDSS), 19 con discapacidad moderada (EDSS 3,5-6) y 15 con discapacidad grave (más de 6,5 de EDSS) . Se les
administró una batería de 12 cuestionarios acerca de sus condiciones sociodemográficas, evolución de la
enfermedad, procesamiento cognitivo, autoeficacia, salud mental y bienestar percibido.
Resultados: Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre la forma de discapacidad y la edad, la
situación ocupacional y el número de hijos conviviendo. Diferencias estadísticamente significativas entre la
discapacidad y la forma de la enfermedad y diferencias estadísticamente significativas entre la discapacidad y el
procesamiento cognitivo, la satisfacción con la vida, la fatiga y la dependencia.
Conclusión: La discapacidad no está asociada con la felicidad. La depresión y la dependencia perjudican la
felicidad. El apoyo social y la satisfacción con la vida favorecen la percepción de la felicidad.
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