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La conducta agresiva al volante no es nueva, lo que inquieta es, como demuestran algunos estudios, que se está incrementando de forma preocupante.
Cuando conducimos seguimos una tendencia consistente en que la respuesta agresiva se convierta en habitual cada vez que sucede un acontecimiento "desagradable" para el conductor. Estos comportamientos adquieren mayor trascendencia porque, según nos muestran también otros estudios, provocan accidentes de tráfico.
En este proyecto se han realizado una serie de búsquedas documentales en distintas y numerosas bases de datos. Para ello, se han utilizado los necesarios “perfiles de búsqueda” (acotamientos incluidos). A los resultados de dichas búsquedas se han calculado diferentes índices de referencia como los de productividad (Bradfor y Lotka), cohesión, dispersión, etc., para finalmente trabajar más de doscientos productos científicos originales (la mayoría artículos procedentes de revistas con jueces) sobre los que se ha practicado un análisis de contenidos.
La agresividad en la conducción, desde el punto de la investigación, no es un tema fácil. Por el contrario plantea dificultades como son la propia conceptualización de agresividad en la conducción, la disparidad de metodologías que existen para estudiar este fenómeno con sus correspondientes aspectos negativos asociados y las dificultades que entraña desde el punto de vista de la intervención (especialmente desde la norma y el correspondiente sistema sancionador), entre otras.
En esta revisión hemos obtenido muchas respuestas a cuestiones clave que desconocíamos. El por qué del comportamiento agresivo, los factores que tienden a potenciarlo, etc. Cuestiones todas ellas claves si pensamos desde un marco de utilidad práctica.
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