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Si partimos de que el comportamiento de una persona se compone por el conjunto de sus conductas ¿Cómo podemos calificar a una persona como buena o como mala?
Si nos centráramos en el ámbito del tráfico nos sentiríamos seguros al afirmar que existen “malas” conductas en el tráfico. Así podemos definir como conductas “malas” en el tráfico todas las conductas que ponen en peligro a algún otro usuario de la vía o a uno mismo.
Con la misma rotundidad podemos afirmar que existen personas que desarrollan mayoritariamente dichas conductas y que son “malos” conductores o, mejor dicho, conductores “malos”.
Si respondiéramos a la pregunta ¿Qué tipo de conductas se dan más en el ámbito del tráfico las prosociales o las antisociales?, dado lo que observamos todos los días en nuestras calles y carreteras, estaríamos tentados a concluir que las antisociales.
Esto no tiene una respuesta unívoca por parte de la población. De hecho saber que determinantes pueden explicar una u otra respuesta por parte de distintos sujetos ya es en si mismo un dato tan curioso como útil desde un punto de vista práctico.
Además, muchas respuestas estarían determinadas por las circunstancias. en el tema de la conducta prosocial puede haber una influencia de los determinantes situacionales así como de la experiencia vital.
Por ello, hemos realizado un análisis de lo que opina y de cómo actúa la población española en lo que se refiere a conductas prosociales y antisociales, específicamente en el ámbito vial.
El libro se ha estructurado en tres grandes partes:
En la primera de ellas se describe la metodología de investigación del mismo. De esta forma se habla de la muestra utilizada, de la distribución de la misma, así como de otras características específicas. Dentro de estas últimas merecen especial referencia las características de la conducción habitual y el historial de accidentes e infracciones, además de una descripción de las variables utilizadas como índices de prosocialidad
En la segunda parte presentamos los resultados más relevantes y significativos del estudio, capítulo que está dividido en diferentes bloques: la identificación de conductas prosociales en el conductor, el análisis de percepciones sobre la prosocialidad de uno mismo y de los demás y las medidas de mayor eficacia para incrementar la conducta prosocial.
En relación con el primer bloque, incluimos los resultados que registran la frecuencia de realización de conductas prosociales tanto en el tráfico como en ámbito vital general, la relación entre las mismas y la influencia de determinadas variables en esa conducta prosocial.
Antes de abordar el segundo bloque de resultados, abarcamos cuestiones como el perfil del conductor prosocial/antisocial, las razones (motivos) de la conducta prosocial en el tráfico, la influencia de determinadas variables en las razones para la conducta prosocial en el tráfico. También se incluye un análisis de la consistencia de la conducta prosocial en el tráfico, en función de las circunstancias y situaciones personales y ambientales.
Entre los aspectos relacionados con el segundo bloque de resultados, se incluyen: la valoración de la propia prosocialidad como rasgo de personalidad (altruismo, empatía, asertividad) frente a la prosocialidad en el ámbito vial y la influencia de determinadas variables en la valoración sobre la propia prosocialidad. También recogemos la valoración de la prosocialidad de “los otros” y la influencia de determinadas variables en la valoración sobre la prosocialidad de “los otros”, colectivos o grupos considerados más y menos prosociales y la influencia de determinadas variables en la valoración realizada sobre los colectivos más y menos prosociales
Tras recoger estos dos grandes grupos de valoraciones hacia uno mismo y hacia los demás, completamos este punto con un análisis de: por una parte, la relación entre la frecuencia de realización de la conducta real y la estimación de dicha conducta y, por otra, la valoración de la gravedad de diferentes delitos (en general y en tráfico) e influencia de determinadas variables en dicha valoración de la gravedad.
Finalmente, en la tercera parte, recogemos la información relativa para incrementar la conducta prosocial en el tráfico, así como la influencia de determinadas variables en la valoración de esa eficacia.
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