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Las úlceras por compresión en el talón son las segundas más prevalentes dado que esta localización anatómica presenta unas características inherentes que la hacen más vulnerable a la isquemia. La prevención de estas úlceras, al igual que en cualquier problema de salud, es el principal caballo de batalla en el ámbito clínico asistencial, ya sea a nivel hospitalario o en la comunidad. La aplicación de apósitos de espuma de poliuretano con formas adaptadas al talón es una realidad clínica, que tiene como objetivo prevenir este tipo de lesiones. Esta realidad asistencial concuerda con multitud de guías de práctica clínica publicadas en España. No obstante, tanto en publicaciones de organismos internacionales, dedicados al estudio específico de las úlceras por compresión, como en las revisiones sistemáticas realizadas por entidades como la fundación Cochrane, no se recomienda el uso de estos dispositivos en el ámbito de la prevención de úlceras por presión. Esta situación obliga a contrastar la información publicada sobre la capacidad de amortiguación de las fuerzas físicas implicadas en la aparición de las úlceras por compresión por los apósitos de espuma de poliuretano. En vista de las claras diferencias metodológicas entre los estudios que evalúan la transmisión de fuerzas de presión en el talón por parte de los apósitos de espuma de poliuretano, surge la necesidad de comprobar si estos productos son realmente efectivos para la disminución de la presión transmitida por la tuberosidad posterior del calcáneo.
Con este objetivo se ha elaborado un protocolo de estudio para el que se ha creado un modelo artificial que reproduce las presiones ejercidas en el talón, medidas en voluntarios de un rango de edad muy amplio (26-90 años). Los materiales comparados han sido seleccionados entre los apósitos más utilizados en la práctica asistencial así como en los artículos de referencia (Allevyn® Heel, Mepilex® Heel, Biatain® Talón y Askina® Heel). Con motivo de poder comparar los resultados obtenidos por los apósitos evaluados, se ha introducido como material de control una espuma de células abiertas. Dicha espuma se usa principalmente como material de absorción de presión e impacto, aplicándose en soportes plantares destinados a la prevención de las úlceras neuropáticas del pie diabético (Poron®). De otro lado, dado que estos apósitos se aplican durante horas y días, se necesita conocer cómo reaccionan a la fatiga mecánica a la que son sometidos, por lo que se ha utilizado la prueba de estrés UNE-EN ISO 1856:2001 “Materiales poliméricos celulares flexibles. Determinación de la deformación remanente por compresión” (ISO 1856:2000).
Tanto el modelo artificial como la plataforma de presiones utilizada para las mediciones, han pasado por un proceso de validación en el que se han obtenido unos resultados excelentes, con un “Coeficiente de Correlación Interclase” de 0,881 y 0,982 respectivamente (p<0,001). La prueba de estrés a demostrado su efectividad desarrollando una reducción de la capacidad de amortiguación de la presión en todos los materiales evaluados, con una significación estadística de p<0,001.
Tras realizar las mediciones previas y posteriores a la prueba de estrés, en todos los casos el material de control ha demostrado un comportamiento muy superior a los apósitos evaluados con una significación estadística de p<0,001. Teniendo en cuenta que los apósitos evaluados no son capaces de disminuir la presión máxima como la espuma control, ninguno podrá conseguir una protección equiparable frente a la compresión.
Por todo lo expuesto, existiendo materiales como la espuma de control, no se puede recomendar el uso de los apósitos evaluados como elementos de prevención frente a las fuerzas de compresión en el talón.
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