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La obra literaria de Hernán Valdés ha estado marcada, desde los años sesenta, por una profunda y constante exploración de las relaciones entre lenguaje y conflicto político, indagando en la complejidad de las tramas y discursos para revelar perspectivas novedosas, insólitas y desmitificadoras sobre los procesos políticos y sociales del Chile contemporáneo. Las primeras publicaciones literarias de Valdés fueron los poemarios Salmos (1954) y Apariciones y desapariciones (1964). Entre la publicación de ambos poemarios median diez años y una importante transformación en su lenguaje poético: si en el primero primaba el registro abstracto, solemne y fuertemente simbólico de los salmos religiosos, el segundo se asomaba a escenas de la cotidianidad y a un registro de lenguaje mucho más figurativo, con referencias a escenas concretas de la vida diaria, alejadas en ocasiones de toda trascendencia, pero en las que, como en el poema ‘Alenka, la rubia de la grúa’, relumbraba la belleza radical de los gestos mínimos. Sin duda, esa evolución poética estaba relacionada con un contexto de efervescencia y de conflicto de poéticas en el campo de la poesía chilena, cuyas figuras mayores aparecen recurrentemente en sus memorias literarias Fantasmas literarios (2005). Poco tiempo después publicó la novela Cuerpo creciente (1966), que narraba desde la perspectiva de un niño la descomposición y las tensiones de una familia chilena, demostrando una notable capacidad para aunar el análisis sensorial con la observación de las lógicas sociales, y Zoom (1971), en la que, a través de una estructura alternada cercana a algunas experimentaciones de la modernidad cinematográfica, mostraba experiencias de vida en Santiago de Chile y Praga, las dos ciudades en las que Valdés había pasado los años anteriores. \ A principios de los setenta participó activamente en los debates sobre política cultural en épocas de transformación social y en el proyecto cultural de la Unidad Popular. Y a principios de 1974 fue detenido por la dictadura militar e internado en el campo de concentración Tejas verdes, en el que fue liberado poco más de un mes después. Ese mismo año publicó en España Tejas Verdes. Diario de un campo de concentración en Chile , testimonio crucial en la historia política y cultural chilena en el que narraba su experiencia en el sistema represivo chileno, antes de dirigirse al exilio europeo. Sin duda, se trató del testimonio de mayor impacto en el espacio del exilio chileno y de uno de los textos testimoniales más leídos y comentados sobre la represión militar en el Cono Sur. En A partir del fin (1981) Valdés revisitó los momentos previos y posteriores al Golpe de 1973 desde una perspectiva muy crítica que, probablemente, explique el vacío al que le sometió buena parte de la izquierda en el exilio y la escasa repercusión que un texto de su potencia tuvo en los debates culturales de la época. En sus dos últimas novelas, La historia subyacente(1984) y Tango en el desierto (2011), revisa desde una clave entre alegórica y humorística episodios de la historia política reciente. La escritura de Valdés, pues, testimonia de un modo u otro de las tensiones y conflictos del Chile contemporáneo, desde una mirada singular marcada por la distancia geográfica, política y humana hacia esos conflictos y por una sensibilidad muy particular para poner en relación las vivencias subjetivas con los procesos sociales que las enmarcan, y en las que adquieren, posiblemente, un cierto sentido histórico. Junto a la entrevista al autor, publicamos una serie de poemas inéditos que Valdés ha cedido generosamente para su publicación en este número especial de Kamchatka. Revista de análisis cultural.
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