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La presbicia se define como una reducción lenta, natural, irreversible, y relacionada con la edad de la máxima amplitud de acomodación, suficiente como para causar síntomas de borrosidad y astenopia en visión próxima. Afortunadamente, se han desarrollado varios sistemas ópticos que mejoran esta sintomatología y ayudan a recuperar las capacidades visuales para trabajar en visión próxima. Por otro lado, el análisis in-vitro permite obtener resultados objetivos de los sistemas ópticos y así ampliar el conocimiento del rendimiento óptico de estos sistemas. La presente tesis doctoral estudia la calidad óptica in-vitro de lentes de contacto e intraoculares.
Se utilizaron dos sistemas in-vitro para la evaluar la calidad óptica de lentes de contacto e intraoculares. Por un lado se utilizó un sistema óptico basado en la deflectometría cuantitativa, para medir el perfil de potencia de lentes de contacto blandas y lentes de contacto esclerales. Tal y como indica la ‘international organization for standardization’, las lentes de contacto blandas han de sumergirse 24 horas antes en el mismo líquido con el que se van a medir. De esta forma, se consiguen una estabilización del índice de refracción, y por tanto la medida de la potencia y calidad óptica son más precisas. Además, este equipo también se utilizó para medir la calidad óptica de lentes esclerales y lentes fáquicas de segmento posterior. En todos estos estudios, las lentes se colocaron con su cara posterior hacia abajo, tal y como exige el diseño del instrumento. Por otro lado, se utilizó otro sistema óptico para medir la función de transferencia de modulación de varias lentes intraoculares a diferentes vergencias. En este sistema se utilizó luz verde, y cada una de las lentes se tuvo que colocar con su cara posterior hacia arriba tal y como lo exige el diseño del instrumento.
A partir de los resultados obtenidos se puede concluir que por un lado, la técnica basada en la deflectometría cuantitativa resultó ser adecuada para la medida del perfil de potencia de las lentes de contacto porque los resultados de repetibilidad eran altos y homogéneos a lo largo de la zona óptica. Así mismo, se encontraron diferencias en la calidad óptica entre los materiales con el que se fabrican lentes de contacto, aunque se precisan estudios in-vivo para comprobar el impacto clínico que estas diferencias puedan tener. Sin embargo, las fluctuaciones en el perfil de potencia de las lentes esclerales son pequeñas, y además, las diferencias en la calidad óptica entre las potencias de un mismo diseño sin insignificantes. Por otro lado, las lentes fáquicas de segmento posterior mostraron buena calidad óptica in-vitro a pesar de las diferencias en el diámetro de la zona óptica. Por esto, pacientes con diámetros pupilares grandes se podrían beneficiar de la implantación del nuevo diseño.
En último lugar, los resultados in-vitro de las lentes que se han medido podrían ayudar a entender mejor el rendimiento óptico de cada una de ellas. Desde un punto de vista clínico, estos resultados podrían ayudar a seleccionar la lente de forma objetiva teniendo en cuenta los requerimientos visuales de cada paciente. Es decir, la selección de la lente se podría hacer de manera totalmente personaliza con el objetivo de mejorar la satisfacción del paciente.
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