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La enfermedad cardiovascular es una de las primeras causas de muerte . Su fundamento biológico es la aterosclerosis, un proceso inflamatorio. Una parte de la lucha contra ella se ha centrado en la actuación sobre los factores de riesgo modificables. Paralelamente, hay un interés creciente en la detección de biomarcadores fiables, que sean capaces de identificar la presencia de aterosclerosis en fases tempranas, cuando el riesgo clínico es bajo. Las pruebas de imagen están siendo importantes en este contexto. Aunque ha sido tradicionalmente asociada con el género masculino, la enfermedad cardiovascular también representa la principal causa de morbi-mortalidad en las mujeres. De hecho, cualquier evento cardiovascular en mujeres a partir de la sexta década de vida presenta un peor pronóstico que en varones. Este periodo coincide con una edad en la que la mayor parte de las mujeres atraviesan la menopausia, donde se producen cambios con potencial impacto en el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Este estudio se diseñó como una evaluación cruzada en la que se trabajó con una cohorte de mujeres postmenopáusicas de la población general. Se les invitó a participar con motivo de las visitas de controles de salud en el Hospital Clínico de Valencia. Se les estudió parámetros clínicos y analíticos donde se incluyó bioquímica general, hormonas y genotipado de determinados genes a partir de ADN extraído de células sanguíneas. Estos parámetros fueron contrastados con biomarcadores de imagen de aterosclerosis. Concretamente, ecografía de bulbo y carótida común (Philips HD-11 XE) y cardiotomografía computerizada (GE LightSpeed 64X). A nivel del territorio carotídeo se evaluó el grosor íntima-media y la presencia o no de placa, y en arterias coronarias se estudió la presencia de calcio y de placa ateromatosa.
Para el análisis estadístico de los resultados se procedió a la aplicación de un modelo lineal general de análisis de la varianza multivariante con un nivel de significancia P≤0.05.
En cuanto al estudio ecográfico en carótida, la edad emergió como la variable independiente más potente en la variación del grosor íntima-media, con impacto en las 4 regiones anatómicas estudiadas. Los niveles de estradiol se comportaron como una variable independiente con impacto en 3 de las 4 regiones (salvo en el bulbo izquierdo). Estas dos variables reprodujeron su responsabilidad al evaluar la presencia o no de placa de ateroma. Otras variables que mostraron resultados estadísticamente significativos con alguna de las regiones anatómicas fueron los niveles de insulina, glucemia, PCR ultrasensible y el perímetro de cintura (que también presentó resultados estadísticamente significativos con la presencia de placa).
La cardiotomografía computerizada consiguió una reclasificación de 6 mujeres, que subieron o bajaron escalones de riesgo entre Bajo-Moderado-Muy Alto.
El estudio de genotipado mostró que los polimorfismos de nucleótido simple mostraron asociación estadísticamente significativa con el grosor íntima-media de carótida derecha para receptores estrogénicos beta y con el grosor íntima-media de carótida izquierda para los receptores de vitamina D.
En el caso del estudio ecográfico, la edad tiene especial interés por tratarse de un hallazgo ampliamente descrito en la literatura, otorgando consistencia a los resultados obtenidos. El impacto de los estrógenos sobre el grosor íntima-media se confirmó tanto por la asociación estadística encontrada con sus niveles circulantes como con sus variantes polimórficas en el caso del receptor beta. Estos datos son acordes con otros estudios, aunque estos se centran sobre todo en aportación de estrógenos exógenos.
En cuanto a las asociaciones con perímetro de la cintura y los niveles de insulina-glucemia, los hallazgos son acordes a los de otros investigadores que han encontrado modulación con los cambios hormonales. En igual sentido, la PCR ultrasensible, que es un marcador de inflamación, confirmó su potencial de monitorización de la aterosclerosis. Finalmente, los datos sobre vitamina D se añaden a la polémica sobre su efecto protector o perjudicial sobre la función endotelial.
Globalmente, los resultados de este estudio confirman asociaciones descritas en la literatura, y añaden como novedad de alto valor el impacto de los niveles estrogénicos endógenos, que mostraron significación en su versión de concentración en suero y en la sensibilidad tisular, a tenor de datos genómicos de la isoforma beta del receptor. Adicionalmente, el estudio presenta datos de cardiotomografía computerizada, que se suman a los de evaluación de carótida y presentan en conjunto un acercamiento exhaustivo a las variables potencialmente relevantes en el desarrollo de aterosclerosis en la mujer.
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