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RESUMEN TESIS
Este trabajo rastrea y analiza las continuidades entre las herramientas propagandísticas del fascismo y los recursos comunicativos del capitalismo. Se aborda desde la perspectiva del deporte y en el caso concreto del cine olímpico, con una perspectiva histórica de 80 años que trata de elegir los mejores ejemplos del género y los momentos puntuales de cambio.
El deporte se considera aquí punto de encuentro entre la política, la historia, la sociedad y la economía y se aborda desde la comunicación, considerando el cine olímpico como ejemplo cerrado, internacional y referencial. Se analiza el relato cinematográfico de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1984 (“16 days of glory” de Bud Greenspan) que abren el olimpismo a la profesionalización y la mercantilización. Continúa con el estudio de los únicos Juegos Olímpicos españoles (“Marathon” de Carlos Saura) y su construcción para el espectáculo. Le sigue la lectura de la película de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (“First” de Caroline Rowland) plasmación de la irrupción de la publicidad y el marketing. El recorrido rompe la cronología para cerrar el análisis con la relectura del mejor documental deportivo de la historia y uno de los ejemplos más notorios del cine nazi como es “Olympia” de Leni Riefenstahl. Las propias películas se convierten en elementos de análisis con la convicción de superar el caso particular a favor de la búsqueda de puntos en común y continuidades para hablar así no de películas sino de quienes las producen y consumen.
En la voluntad de abrir un nuevo campo y brindar herramientas y vías a futuras investigaciones, el trabajo compila las referencias previas de todos los materiales cinematográficos analizados, revisa conceptos previos y descompone el análisis en un doble movimiento mediante herramientas propias. En primer lugar, se plantea un desmontaje de las películas mediante un modelo que nace con la referencia de las propuestas de análisis de Talens, Sánchez Noriega y Bordwell y Thompson. En un segundo movimiento, se propone filtrar lo analizado por la red de conceptos que comunica las teorías de las mitologías, la sociedad del espectáculo y el simulacro, de modo que Barthes, Perniola, Debord y Baudrillard se convierten en los espectadores referenciales que dan sentido a los ejemplos de cine olímpico. En ese sentido, el trabajo propone un puente entre el fascismo y el simulacro, como necesidad de herramientas que superen las viejas categorías de verdadero-falso. Un puente de 80 años en los materiales cinematográficos estudiados y de 50 años en el desarrollo teórico.
La investigación reivindica el deporte como campo de investigación, asume la vigencia del fascismo, desde el genocidio cultural de Didi Huberman al fascismo de baja intensidad de Antonio Méndez o la propia realidad política y social. Se ejemplifica también la potencia de las imágenes y el deporte como campos de generación de símbolos. Todo desde la convicción de la responsabilidad del investigador de realizar lecturas profundas de asuntos vigentes pero que la sociedad solo trata de modo superficial, como el deporte o el fascismo. En sus conclusiones, la investigación constata no sólo las continuidades sino sobre todo la necesidad de buscar la herencia de las imágenes que nos rodean para poder entenderlas.
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